Sería para hartarnos de reír si no fuera porque estas estupideces nos cuestan un pico: una dirección general, sueldos de funcionarios, instalaciones, material de oficina, subvenciones a asociaciones animalistas y el papel del BOE…
¡Y todo de tus impuestos! ¡Sí, esos que te van a subir!
Por no hablar de que si ahora se te mea un perro en los pies y le das una patada, ¡igual vas a la cárcel!
¿A qué ya no hace tanta gracia?