DIÁCONO y MÁRTIR.

Patrón de los predicadores y de los evangelizadores.

Festividad: 31 de Marzo.

Martirologio Romano: En la ciudad Argol en Persia, San Benjamín, diácono, que no cansó nunca de predicar la palabra de Dios y que, en el reinado de Vararane V, fue martirizado con cañas afiladas clavadas entre sus uñas.

San Benjamin nació en Persia, pero el resto de su vida temprana se pierde a lo largo de la historia, pero sabemos que en un momento de su juventud fue nombrado diácono de la Iglesia.

En aquel tiempo, los cristianos de Persia, por fin, les tocó vivir al menos más de medio siglo en la paz que anhelaban. Pero Adbas, que era obispo de Ctesifón, un día soñó o imaginó que se dirigía a incendiar un templo pagano.

Este sueño o imaginación volvió loco al Rey Yezdigerd y, un tanto enfurecido, no se podía creer que un prelado hubiera perdido la cabeza de ese modo. Por eso solía decir que Cristo no espera nada de sus discípulos.

Y a San Benjamín, quien era todavía un diácono, lo envió a prisión. Era un joven de un gran celo apostólico que procuraba el bien de los demás y hablaba con una fluida elocuencia que convertía los corazones más endurecidos.

San Benjamín, había logrado muchas conversiones entre los magos sacerdotales de Zaratustra. Los años que pasó en la cárcel le sirvieron para pensar, orar, meditar y escribir.

En estas circunstancias llegó a la ciudad un embajador del emperador bizantino y puso en libertad a San Benjamín, diciéndole: «Te digo que tú no has tenido culpa alguna en el incendio del templo y no tienes que lamentarte de nada. Puedes salir en libertad, pero no convertirás a nadie más».

Sin embargo, desde que lo pusieron en libertad, San Benjamín comenzó con mayor brío e ímpetu su trabajo apostólico y convirtió a muchos magos haciéndoles ver que algún día brillará en sus ojos y en su alma la luz verdadera.

San Benjamín solía decir: «Si yo no predicara, yo mismo sufriría el castigo que el Señor reserva a los seguidores que no sacan a relucir los talentos que Él les ha dado».

Al enterarse de esta osadía de San Benjamín, el embajador no quiso intervenir. Pero poco tiempo después, el Rey lo encarceló de nuevo y mandó que le dieran unos muy dolorosos y crueles castigos hasta su muerte. San Benjamín Murió mártir en el año 425.

La valentía y la firme convicción de San Benjamín, quien predicó públicamente a pesar de poner en riesgo considerable su vida, sigue siendo una inspiración para nosotros hoy en día. Es recordado hoy por todos los cristianos del mundo por su gran coraje y su fe en Jesucristo.

Hoy en día muchos siguen mirando a San Benjamín por su valentía y fortaleza a través del uso de las medallas de San Benjamín, un recordatorio de la importancia de la predicación, de la valentía en el Señor y del sacrificio que los valientes mártires de la Fe hicieron a lo largo de la historia de la Iglesia.

Oración:

Dios de poder y misericordia, que diste tu fuerza al mártir San Benjamin Ergol para que pudiera resistir el dolor de su martirio, concédenos que con tu protección, vivamos libres de las asechanzas del enemigo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén.

R.V.