Recientemente me llegó uno de tantos contenidos que circulan actualmente a través de los grupos de mensajería móvil sobre las circunstancias que estamos viviendo con motivo de esta crisis de salud pública provocada por el coronavirus.
Y es que la información que contenía este mensaje me hizo reflexionar seriamente sobre la situación que estamos viviendo la ciudadanía de nuestro país a nivel general y determinados colectivos en particular. Es por ello que me gustaría destacar algunos aspectos de la información contenida en este mensaje y establecer algunas reflexiones sobre ello.
En el mismo se hace referencia a la solicitud que se ha hecho desde el gobierno a la población para que nos quedemos en casa, y en general, nos hemos quedado. Igualmente se ha pedido a los autónomos que cerraran sus negocios y lo han hecho, aunque no se les ha garantizado desde el gobierno si podrán o no seguir sobreviviendo cuando todo esto pase.
Así mismo, se ha pedido colaboración desde el gobierno a las grandes empresas y están colaborando. Se ha pedido colaboración al personal sanitario y lo están demostrando, agradecimiento al que me uno cada día a las 20 horas.
Se ha pedido ayuda al ejército, a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, a Protección Civil…
Al mismo tiempo, en este mensaje se plantea la siguiente pregunta: “¿Podéis decirnos que habéis hecho VOSOTROS?” Poniendo con ello en cuestión tanto la nefasta gestión del gobierno como la falta de acuerdos en el espectro político. Entre otras, en el contenido del mensaje se proponen las siguientes medidas para no seguir arruinando a este país en el futuro: eliminación del Senado, reducción del Congreso a la décima parte, supresión de sueldos vitalicios para los cargos públicos, reducción de la dotación a la monarquía…
Y es que esta situación de emergencia sanitaria nos pone a prueba como sociedad, y nos ofrece la oportunidad para valorar en mayor medida lo que significa el bien común por encima de intereses individualistas que solamente benefician a unos pocos.
Es también una oportunidad para reflexionar sobre el papel de los gobiernos y los responsables políticos en defensa del bien común, y más concretamente en la economía de las personas, las familias o las empresas.
En definitiva, es fundamental gestionar bien las consecuencias de esta situación para que su factura económica no la tenga que pagar el ciudadano de a pie, tomando medidas para proteger a las familias, a los autónomos y trabajadores o al tejido empresarial más vulnerable. Y es que no hacerlo sería inmoral.
ACeBe