Estamos en el año 2020 d.C. Toda España está de luto por los casi 22000 fallecimientos provocados por el Covid-19 en nuestro país… ¿Toda? ¡No! Porque un pequeño grupo de irreductibles izquierdosos todavía se resiste a sentir pesar: El gobierno. Parece el inicio de un cómic de Asterix, pero se trata de la triste realidad de España.
Es curioso. A pesar de que estamos ante la mayor pérdida de vidas humanas, excluyendo los conflictos bélicos, de los dos últimos siglos, el gobierno no está de luto; a pesar de que esas víctimas están muriendo en unas condiciones de abandono inhumanas, el gobierno no está de luto; a pesar de que muchos de ellos pertenecen a la generación que levantó una España de postguerra con su esfuerzo, sus horas extra y sus pluriempleos, el gobierno no está de luto. Resulta que no, este gobierno de lazos azules, amarillos, rojos, verdes, morados y de todos los colores no es capaz de colocar uno negro en las banderas, de ponerlas a media asta y de guardar minutos de silencio, simplemente porque no está de luto.
Los distintos gobiernos españoles han declarado luto oficial por asuntos como las muertes de Adolfo Suárez, de Calvo Sotelo o de Pérez Rubalcaba, por la muerte de un Cabo del ejército español en el Líbano en 2015, por el accidente aéreo del vuelo de Germanwings estrellado por su piloto en los Alpes, también en 2015 o por los atentados de Niza de 2016, pero la situación actual debe de parecerles menos importante.
Pedro Sánchez no se ha bajado de su escudo de jefe para dar explicaciones sobre ello, ha enviado a su portavoz María Jesús Montero para contarnos que no hay luto porque el mejor tributo que el gobierno puede dar a los fallecidos consiste en que todos seamos capaces de poner lo mejor de nosotros mismos y de trabajar de manera incansable para combatir la enfermedad y que no haya más pérdidas de vidas humanas ¡Como si se tratase de cosas incompatibles! ¿¡pero es que nos toman por tontos!? ¿¡pero es que no se puede trabajar a brazo partido contra el virus si las banderas están a media asta!? Está claro que esa majadería no es la razón.
Mañana, en los medios de comunicación, volverá a aparecer nuestro druida Fernando Simón para contarnos lo bien que se hacen las cosas, y le secundarán sus guerreros de Ministerio del Interior, certificando lo maravilloso que es todo, y miles de bardos tocarán música y aplaudirán desde sus balcones y con todo ello se nos presentará un país de personas felices tan idílico como irreal. Pero no aparecerán las personas que están sufriendo por los fallecimientos o por la alarmante falta de medios, o las que se han quedado sin ingresos porque sus negocios se han hundido.
La triste realidad es que se muestra un país de película y no hay luto oficial como consecuencia de la mala conciencia que tiene el gobierno por su actuación tan irresponsable respecto a la manifestación feminista del 8 de marzo. Lo único que verdaderamente quiere el gobierno es que lo olvidemos cuanto antes, no sea que la gente recuerde excesivamente que entre los torpes dedos de nuestra clase política se ha escapado la vida de miles y miles de compatriotas.
C.R. Gómez