Otra tontería más liberal
Leyendo este manifiesto el otro día me quedé pasmado de la sarta de sandeces, no podían ser más que liberales claro, que hay escrito en este texto.
Empecemos diciendo que es un manifiesto político firmado el 1 de diciembre de 1874 por el entonces príncipe Alfonso de Borbón (futuro Alfonso XII) en el exilio cuando realizaba sus estudios en la academia militar de Sandhurst (Inglaterra).
Ahí van, resumidas, las absurdeces que he encontrado…
”Sólo el restablecimiento de la monarquía constitucional puede poner término a la opresión, a la incertidumbre y a las crueles perturbaciones que experimenta España”. La monarquía liberal, junto con el sistema liberal que representa, han sido los que verdaderamente no han dado a España y a Europa nada más que ”crueles perturbaciones”.
‘‘Legislación secular (es decir, laica), confirmada por todos los precedentes históricos (mentira), y está indudablemente unida a todas las instituciones representativas”. Las tradicionales, sí, Don Alfonso-Cánovas no las que pensaban ustedes, las liberales.
”Huérfana la nación ahora de todo derecho público e indefinidamente privada de sus libertades, natural es que vuelva los ojos a su acostumbrado derecho constitucional y a aquellas libres instituciones que ni en 1812 (la constitución de 1812, el inicio de todos los males de España), le impidieron defender su independencia ni acabar en 1840 otra empeñada guerra civil (contra los que llama ellos carlistas ”ultracatólicos”). Debióles, además, muchos años de progreso constante (máxima de libro liberal), de prosperidad, de crédito y aun de alguna gloria”.
”No sólo está hoy por tierra todo lo que en 1868 existía, sino cuanto se ha pretendido desde entonces crear”. Esa revolución masónica de 1868…
”Afortunadamente la monarquía hereditaria y constitucional posee en sus principios la necesaria flexibilidad y cuantas condiciones de acierto hacen falta para que todos los problemas que traiga su restablecimiento consigo sean resueltos de conformidad con los votos (madre mía) y la convivencia de la nación.
”No hay que esperar que decida ya nada de plano y arbitrariamente, sin Cortes no resolvieron los negocios arduos de los príncipes españoles allá en los antiguos tiempos de la monarquía”, (las Cortes con el monarca no la idea liberal del monarca estatua y el parlamento lo decide todo), y esta justísima regla de conducta no he de olvidarla yo en mi condición presente, y cuando todos los españoles estén ya habituados a los procedimientos parlamentarios (¿de verdad?). Llegado el caso, fácil será que se entiendan y concierten las cuestiones por resolver un príncipe leal y un pueblo libre”, (nunca como ahora, gracias a las revoluciones liberales, hemos sido menos libres).
”Las hornadas y laboriosas clases populares, víctimas de sofismas pérfidos o de absurdas ilusiones”. Es decir, de las tonterías liberales que ellos representaban.
”Atentamente observen y sigan con seguros pasos la marcha progresiva de la civilización”. Otra vez el viejo y absurdo pensamiento liberal de que es posible un progreso humano ilimitado y sin cortapisas.
”Estar en contacto con los hombres y las cosas de la Europa moderna”. Vamos se refiere a esa Europa que se echó a perder desde que aceptó las premisas liberales.
Y llegamos a la, para mi, mayor chorrada de este texto, ahí va, ”sea la que quiera mi propia suerte ni dejaré de ser buen español ni, como todos mis antepasados, buen católico, ni, como hombre del siglo, verdaderamente liberal”. Pero vamos a ver, el liberalismo jamás comulgará con el catolicismo, todo lo contrario lo ataca, encima los propios Papas lo han denunciado en diversas encíclicas durante varios siglos. Por ello, no se puede ser liberal y a la vez católico porque, para empezar, no se puede adorar a Dios y a Lucifer al mismo tiempo, Don Alfonso-Cánovas.
Iván Guerrero Vasallo