Debe de ser un problema económico tener que mantener a varias ex esposas, creo que dos o tres, a cinco hijos, que se sepa, y a su esposa actual, claro que a ésta ya la ha enchufado de asesora de un amiguete, que los socialistos son ansí.
Y ansí nos va.
Confío y espero que más bien pronto que tarde sea investigado por el asunto de las cuarenta maletas perdidas y no encontradas en Barajas, propiedad de la dictadura venezolana, y traídas por la tal Delcy Rodríguez, la número dos del régimen.
Él es el número tres, dicen, como secretario de organización, en este caso más bien de desorganización, pues el número dos debe de ser el presidente del partido, supongo, que es un cargo meramente decorativo, ya que el que realmente manda es el que paga la nómina, es decir el secretario general, un tal Sánchez y Pérez-Castejón, muy conocido en todas las residencias reales y lugares de veraneo de los otrora presidentes del gobierno…, y reyes, podría añadir, aunque el rey actual creo que todavía no ha huido al extranjero.
Ábalos se ha hecho millonario, con diversos “negocios” y chanchullos, que espero sean investigados por los tribunales.
Yo ya he puesto mi granito de arena, formalizando la denuncia correspondiente ante la fiscalía, pues aquí la gente habla mucho…, pero en las barras de los bares, o en las cafeterías.
Como me decía un fiscal, ya fallecido, en las tertulias mañaneras de la fiscalía, desayunando en torno a un café, todos decían: “Y yo más…”. Y como explica el Quijote, luego: “fuese, y no hubo nada”.
Somos un país muy hablador, y yo el primero.
Y normalmente, a la gente que habla mucho, se le va la fuerza por la boca…
Pero no es mi caso, pues hablo y actúo, sobre todo ante hipócritas que tiran la piedra por medio de sus secuaces, esbirros (en su acepción tercera), intermediarios, comisionistas, correveidiles, etc., y esconden la mano.
Esa forma de actuar es propia de usted (omito el excelentísimo señor, pues no creo que lo merezca), es decir, impropia de una persona digna, que se vista por los pies, y llame al pan, pan, y al vino, vino.
Hace falta tener una cara de cemento armado para “beneficiarse” a manos llenas del dinero público, y encima, ¡demandar a quienes lo denuncian!
Pero en fin, arrieros somos, y en el camino nos encontraremos.
Yo tengo poco que perder, pero usted mucho, muchísimo, incluidos bastantes años en prisión o de inhabilitación para ocupar cargos públicos.
En fin, ya nos veremos en los juzgados y tribunales, ¡y créame, poder interrogarle, en vivo y en directo, va a ser una gozada!
Ya sé que actualmente usted es aforado ante el Tribunal Supremo, pero no creo que vaya ser ministro mucho tiempo más, cuando empiecen a conocerse públicamente sus chanchullos… ¡Ni que España pueda soportarle mucho tiempo más!
Ni España ni los españoles decentes, que sigo pensando somos la mayoría social, ingenuo de mí.
Termino ya. Evocando a don Francisco de Quevedo y Villegas:
“No he de callar, por más que con el dedo,
Ya tocando la boca o ya la frente,
Silencio avises o amenaces miedo.
¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de decir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
Ramiro GRAU MORANCHO
Ex Juez y Fiscal, Abogado, Académico Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España