¿Recuerdan ustedes la promesa de Felipe González, a finales de 1982, cuando llegó al poder, diciendo que iba a crear 800.000 nuevos puestos de trabajo…?

Y así fue.

Solo que creó 800.000 nuevos empleos en las numerosas administraciones públicas existentes, la mayoría de ellos por enchufe, y, excuso decirles, para dirigentes y afiliados al partido, amigos y familiares, que los “socialistos” son grandes defensores de la familia, y de que en sus casas –solo en las suyas- entren dos sueldos públicos, para no pasar estrecheces, como las pasamos la gran mayoría de los españoles.

Después todos esos nuevos empleados públicos, la mayoría ingresados por la gatera de la contratación laboral, burlando los principios constitucionales de publicidad, igualdad, mérito y capacidad, se acabaron quedando y consolidando en el sector público, generando un gran aumento de los gastos, y la consiguiente presión fiscal, que en España roza ya la extorsión…

Pero, gracias a esas promesas populistas y demagógicas –más bien engaños-, consiguieron ganar las elecciones, a pesar de los crímenes del GAL, permitidos y “tutelados” por el gobierno, etc., permaneciendo durante catorce años y medio consecutivos en el “trono” de La Moncloa, mientras el rey demérito, en lugar de reinar, se dedicaba a sus putas y a sus comisiones, como de todos es sabido.

De aquellos polvos, y nunca mejor dicho, vienen estos lodos, o la mierda en la que nada la institución monárquica borbónica, que amenaza con situarles a todos en el exilio, o en simples “ciudadanos Borbón”, al estilo del hijo del Duque de Cádiz, que por cierto es de los pocos dignos de esa irreal familia.

Ahora Pedro Sánchez pretende emular a Felipe González, y volver a engañar a los españoles (cuando te engañan dos veces seguidas, ya es culpa tuya), con la falsa promesa de la creación de 800.000 nuevos puestos de trabajo…, supongo que en el sector público, pues el privado no hace más que “producir” jubilaciones anticipadas, desempleados de larga duración y Ertes, expedientes de regulación temporal de empleo, una buena parte de los cuales serán nuevos parados, con el cierre definitivo de sus empresas, dentro de unos pocos meses.

El desgobierno, en lugar de reducir el gasto, como hacemos todos los cabezas de familia en nuestras casas, pretende ampliarlo, aumentando la extorsión fiscal.

Y como en realidad España está arruinada, la recaudación fiscal ha caído bajo mínimos, y es imposible sacar de dónde no hay, en el colmo de la desfachatez y la sinvergonzonería política, nos ofrece un futuro esperanzador, en esa nueva Arcadia feliz, que sólo existe en su calenturienta imaginación.

¿Qué toma usted, don Pedro Sánchez…?

Me gustaría saberlo, más que nada para no consumirlo, e incurrir en su misma estupidez, que ya no sé si es congénita, o se trata de una cara dura, de cemento armado, por lo menos.

Al estar España en quiebra, el desgobierno pretende malgastar el dinero que la Unión Europea nos va a dar y prestar, más o menos a partes iguales, para generar más enchufismo, más ministerios, más agencias, observatorios y chiringuitos en los que dar pesebre y abrevadero a sus gentes, en definitiva, contribuir al despilfarro de ese dinero.

Claro que la culpa no es suya.

La culpa es de una Unión Europea que no le tiene bien calado, y no sabe lo poco, más bien lo nada, que pueden esperar de semejante individuo.

En fin don Pedro, ¡quién no le conozca, que le compre!

Yo, desde luego, nunca le compraría un coche de segunda mano a usted!, pues no me fiaría. En absoluto.

 

Ramiro GRAU MORANCHO

Abogado y escritor

Ramiro Grau Morancho