Que Pedro Sánchez es un chulo, a estas alturas, no creo que suscite duda alguna.

Y que Salvador Illa deja tras de sí un reguero de más 80.000 muertos, tampoco.

O que la “alta funcionaria”, técnica de la administración general, es decir nada del otro mundo, sea una inepta total en materia sanitaria, tampoco.

En el caso de Illa no solamente era y es un inepto en materia sanitaria, sino que me atrevería a decir que ha salido millonario del ministerio, tras su paso por él, un año escaso… ¡Que me demande, que no sería el primero!

Las “misteriosas” adjudicaciones de pedidos de material sanitario a empresas desconocidas, algunas prácticamente inexistentes, pero todas ubicadas en Cataluña, en los alrededores de su feudo, La Roca del Vallés, evidencian que nada es por casualidad, y que el “buen catalán”, de la roca saca pan, y nunca mejor dicho…

En estos “negocios” no tiene nada que envidiar a Ábalos, cuya empresa de cabecera, o proveedor oficial de “Casa Ábalos”, Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas, S. L.”, de Zaragoza, precisamente, me ha demandado recientemente, y me he visto obligado a ejercitar acciones penales contra ellos, en justa defensa.

Es lo que se llama la horma de tus zapatos.

Pero Illa, con ese aspecto de seminarista inofensivo, es un auténtico “bicho”, posiblemente peor que el virus, pues a la postre ha resultado más dañino que el propio coronavirus, dada su total ignorancia e incompetencia en materia sanitaria, repito.

Claro que él, desde su óptica de licenciado en filosofía, y alférez de complemento, como resalta en su currículum, debe de pensar que la muerte es algo natural, y que, total, ¡todos moriremos un día, antes o después”.

En otras palabras, que no hay que dramatizar los más de 80.000 muertos, y los que vendrán, sobre todo si no son de su propia familia.

De cualquier forma, los ministros son nombrados por el presidente del gobierno, ergo el responsable máximo de este desaguisado es un individuo que responde al nombre de Pedro Sánchez, y que dice ser el presidente del gobierno de España –pronto, Ex España-, aunque todos sabemos que quien realmente manda aquí es ese Rasputín llamado Pablo Iglesias. (Desconozco si está tan bien “armado” como Rasputín, con sus 30 centímetros de verga, conservada en formol, para asombro de propios y extraños).

Después de ser nombrado para un cargo para el que no estaba preparado –toda su vida concejal y alcalde de La Roca, salvo un corto periodo como director general de infraestructuras de la consejería de justicia de la Generalidad, es decir, “casero” de los juzgados y tribunales-, y tras probar suerte con una empresa privada, hundiéndola, da el gran salto, y pasa a ser ministro, lo que confirma mi tesis de que en España cualquier imbécil puede llegar a ministro. (No digo que sea el caso, pero lo parece).

Ahora, tras un año muy provechoso para él, o para su partido, o para ambos (¿alguien cree que Roldán solo cobraba comisiones o mordidas para él…?), pasa a ser candidato a la presidencia de la Generalidad, y cree Pedro Sánchez que los catalanes y las catalanas le van a votar, todos y todas…

¡Que hostia se van a pegar los dos!

El hombre que todo lo ve, con un ojo para aquí y otro para allí, Oriol Junqueras será quien gane esas elecciones, y esto lo ve hasta un ciego.

Aunque situado en sus antípodas ideológicas, las cosas como son: es el único político catalán que ha sido coherente, y ha actuado siempre de cara, y a pecho descubierto.

Solo por eso merece ganar las elecciones…

Y creo que así sucederá, pues los catalanes son cualquier cosa, menos tontos.

De forma que el pobre Illa tendrá que volver a su alcaldía de La Roca, de la que es “propietario”, al menos hasta que se jubile, o le den la patada definitiva en el culo, harto de él.

¡Qué país, que paisaje, y que paisanaje!, como decía el gran Unamuno.

Y cuántos cabrones andan sueltos, añado yo.

No obstante, no hay mal que no pueda superarse, y estoy seguro de que la nueva inepta, perdón, la nueva ministra, lo hará todavía peor, que ya es decir.

Como decía un gran catalán, injustamente olvidado, don Eugenio D´Ors, “Los experimentos, con gaseosa”.

Y con la problemática actual, ¿ustedes creen que estamos en tiempos de poner al frente de Sanidad a gente que no tiene ni puta idea de nada relacionado con la salud pública…?

¿Tan poco le interesamos al que dice ser “nuestro” presidente, por lo menos oficialmente…?

 

Ramiro GRAU MORANCHO

Abogado y escritor

Ramiro Grau Morancho