Los 466 del General Prim – Alfredo Redondo Penas

 

Los años 1859 y 1860, durante el reinado de Isabel II, Marruecos y España s enfrentaros en una guerra por un conflicto territorial, más concretamente sobre los límites de la ciudad de Ceuta, que quedó fuera del acuerdo que incluía Melilla, Alhucemas y Vélez de la Gomera, firmado por el Sultán de Marruecos y Leopoldo O’Donell, el Presidente del Gobierno de aquel entonces. El historiador Alfredo Redondo Penas, que ha publicado diversos trabajos históricos con la ciudad de Reus como epicentro y los importantes personajes que ha aportado esta ciudad, como el General Prim, centra su obra “Guerra d’Africa, els 466 del general Prim”, en la participación de los voluntarios catalanes en el conflicto que enfrentó a España y Marruecos en el siglo XIX.

España contaba con unos 35.000 hombres y Marruecos, sin poder determinarse con exactitud, entre 40.000 y 50.000. Ambos contaban con caballería pero la infantería y la artillería españolas eran, ciertamente, superiores a las marroquíes.

La milicia fue formada enteramente por voluntarios, aunque la recluta la llevaron a cabo los militares. La Diputación de Barcelona se encargaría, sin embargo, de gestionar todo lo que tenía que ver con el cuerpo de voluntarios, que sería comandado por Victoriano Sugranyes Fernández. El cuerpo nació oficialmente el 24 de diciembre de 1859 y constaba de cuatro compañías; se presentaron tantos voluntarios que se tuvieron que cerrar las listas de reclutamiento, y hasta se plantearon si no hubiera sido mejor formar dos batallones. El número final de voluntarios fue de 466.

 

Ab fills tan braus que feren tal hassanya                              Con hijos tan bravos que hicieran tal hazaña

vencent mar, feres, terres y elements,                                  venciendo al mar, fieras, tierras y elementos,

qui contra tu s’atrevira ja, Espanya?                                    ¿Quién contra tí se atreverá ya ,España?

que pot per mes que s’junte l’mon enter?                          ¿Qué puede por más que se junte el mundo entero?

Poesía anónima a la llegada de los voluntarios

 

La Diputación de Barcelona se ofreció a confeccionar los uniformes que había de vestir los voluntarios catalanes en la guerra, que consistía básicamente en la ropa típica catalana, alpargatas y barretina incluidas.

Una gran multitud de gente despidió a los voluntarios en Barcelona. Llegados a África, uno de los voluntarios pronunció estas palabras: «Pongo pie en territorio moro, como primera guerrilla que envía a él los catalanes, de buen pensamiento y brazo fuerte, cazadores de oro: mi Cataluña será en África vanguardia de España». El General en jefe les recibió y el General Prim, natural de Reus, les dirigió unas palabras: «… Gloria sea dada a este General que ha sabido levantar a nuestra España de la postración en que se hallaba, para demostrar a toda Europa que todavía no está muerta, y que sus hijos, dignos herederos de glorias antiguas, son capaces de hacer por la Patria todo cuanto humanamente pueden hacer los hombres».

 

Al día siguiente de llegar a Marruecos los voluntarios entraron en combate participando en la batalla de Tetuán, sufriendo numerosas bajas y demostrando gran valor e ingenio. Se dirigieron hacia la alcazaba, un recinto fortificado, y para acceder al mismo, a falta de escaleras, hicieron un Castell animados por Prim: «¡Ánimo, chicos, haced el castillo, y arriba!». Y bien que lo hicieron, hasta que el más agil de todos izó la bandera española en la torre más alta de Tetuán. Los voluntarios participaron también en la batalla de Wad-Ras, donde tuvieron un comportamiento heroico, sufriendo 115 bajas (16 muertos y 99 heridos).

Al volver a España fueron recibidos con honores en Alicante. Pasaron por Valencia, y fueron recibidos de la misma manera, hasta que llegaron, finalmente, a Barcelona donde las autoridades y una multitud les esperaba. Víctor Balaguer, cronista de Barcelona, concluyó su discurso de bienvenida a los voluntarios con estas palabras: «¡Viva la Patria! ¡Viva el ejército español, defensor en África del honor nacional! ¡Viva los voluntarios de Cataluña!».

Hoy día, en plena operación de ingeniería social hacia la secesión de Cataluña, la memoria selectiva del nacionalismo oculta la historia del cuerpo de voluntarios de Cataluña, incapaz de asumir que unos señores con barretina fuesen a Marruecos a luchar por España. El nacionalismo, veneno y cáncer de Cataluña, ha construido una historia irreal y mitificada con objeto de justificar la secesión, a base de mentiras, medias verdades, deformaciones y ocultaciones de la realidad. . No, no verá usted ningún reportaje en TV3 sobre estos héroes. Están demasiado ocupados con la mentira de 1714, Puigdemont y compañía, el Tribunal de Cuentas y el procés. Si los voluntarios levantaran la cabeza…

El impacto de esta guerra y más concretamente de los voluntarios catalanes en el imaginario de la época fue muy importante, y quedaron como testimonios, monumentos, poesías o himnos en recuerdo y agradecimiento a los valientes catalanes, como estos:

Poesía de Antonio Bofarull publicada en el Diario de Reus, que incluía estas estrofas:

«A Deu siau, patricis                                                                 «Adiós, patricios
companys a Deu siau:                                                              compañeros, adiós:
d’Espanya l’lleo espera                                                      ¡ El león de España espera
deixeunos, doncs anar!                                                            dejadnos marchar!
cuant banderes no quedin                                                       cuando no queden banderas
la gorra s’alsará                                                                      la gorra se alzará
y ans que abaixarse al moro                                            y antes que rebajarse ante el moro
ab ella caurà l’cap                                                                  la cabeza con él caerá.
A Deu gran Barcelona                                                                 Adios, gran Barcelona,
Me n’vaig á Tetuan;                                                                    me voy a Tetuán;
Si honra allí no guanyo                                                               si honra allí no gano
No m’vulguis al tornar».                                                     no me quieras al regresar».

 

Himno cantado en las escuelas a la llegada de los voluntarios:

Nunca España ultrajada fue en vano,
que doquier las ofensas vengó;
si la espada tomo con su mano,
la victoria su sien coronó.
Los laureles que ciñe el guerrero
son trofeos de gloria sin par;
cuando España desnuda el acero
solo sabe morir ó triunfar.
Vivan, vivan los bravos que en África,
nuestras armas supieron blandir,
y al partir de su patria juraron
peleando vencer o morir.

Lo Rondinaire

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