Estamos asistiendo estos días, entre el asco, la vergüenza ajena y, por qué no decirlo, la envidia, a las exhibiciones de yates, aviones privados, mansiones que quitan el hipo, y demás exhibiciones, propias de nuevos ricos, de una parte de los futbolistas profesionales españoles.
Todos ellos casados, amancebados o divorciados de unas señoras enamoradas… de sus muchos millones de euros.
Mientras tanto, la práctica totalidad de los clubs de fútbol arrastran deudas, también millonarias, con la Hacienda Pública y la Seguridad Social, y algunos están al borde de su desaparición.
Pero lo primero es lo primero. Pan y circo, como decían los romanos, o subsidios por desempleo y fútbol, como arbitra el régimen sanchista…
Y, mientras tanto, la economía se hunde, el IPC supera el diez por ciento, y estamos a mediados de año, los intereses suben, y el país va camino de la bancarrota.
Pero nadie lo diría.
La comunista Yolanda Díaz viaja de Santiago a Madrid en Falcón, y la también comunista Irene Montero viaja a USA con otro Falcón para su sequito, como si de una emperatriz se tratase. ¿Será por dinero?
Habrá que vigilar, cuando dejen el poder, no se vayan a llevar algún avión, al descuido, pues Sánchez se ha acostumbrado al Falcón, al helicóptero y a cualquier medio de transporte que le haga sobresalir por encima del común, que más bien parece la lucha contra un complejo de inferioridad, que otra cosa.
Tenemos 22 ministerios, cuando hace pocos años solo había 13, y España funcionaba como sin tal como ahora.
El aumento del gasto público, más bien de los derroches y las ocurrencias de los dos gobiernos que sufrimos, el de los socialistos y el de los comunistas, que hipotéticamente son parte del gobierno, pero en la práctica son la oposición comunista, nos llevan camino de nada, y a gran velocidad.
Pero a lo que íbamos, ¿es admisible que los futbolistas cobren cantidades millonarias, mientras los clubs deben dinero a la Hacienda Pública y a la Seguridad Social…?
Ramiro Grau Morancho
Académico, jurista y escritor