¿Qué entendemos por Agenda 2030?  La Agenda 2030 se presenta como “un plan de acción a favor de las personas, el planeta o la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia”. Estas son unas bonitas palabras a las que nadie podría oponerse, sin embargo, esconden no solo una ambición desmedida sino el anhelo del “superhombre”. Es decir, del individuo que pretende sustituir a Dios para dominarlo todo, como por ejemplo a través de la religión climática o el dogma del género.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son 17 puntos de carácter global e interrelacionados entre sí que constituyen la cara visible de la Agenda 2030. En el objetivo nº 4, titulado: “Educación de calidad”, figuran 3 menciones al “género” y ni una sola al “sexo”, utilizando un concepto ideológico que disocia el sexo de la biología y lo considera como una mera construcción social. Sobre esta base, las metas de este objetivo marcan que de aquí a 2030 “todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios sobre la igualdad de género”. De hecho, el artículo 26.3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice: “Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a los hijos”.

Otro aspecto a destacar es la censura en los contenidos, persiguiendo la desaparición de la libertad de cátedra y el fomento del pensamiento crítico. No es casualidad que todas las leyes educativas en España hayan ido empobreciendo progresivamente nuestro sistema educativo.

Cómo se concreta la implantación de la Agenda 2030 en el ámbito educativo? Imponiendo toda esta ideología de forma transversal en los temarios de todas las asignaturas para normalizarlas y que sean más fácilmente asumibles, haciendo hincapié especialmente en cambiar la enseñanza de la historia como forma de modificar el pensamiento de los estudiantes, sancionando y denunciando a centros y profesionales que ofrezcan resistencia, estableciendo normas de convivencia contrarias al orden natural, fomentando charlas y talleres sobre sexualidad en niños, dificultando que los padres ejerzan su derecho constitucional a decidir la educación que quieren para sus hijos, o promocionando y subvencionando contenidos culturales que introduzcan y extiendan estas ideologías dominantes en libros y contenidos audiovisuales.

En definitiva, la universalización de la educación que promueve la ONU va directamente dirigida a la imposición de un pensamiento único. Si no piensas como la mayoría serás un inadaptado. Pretenden que las escuelas sean fábricas de analfabetos.

 

Vicente Alba

Vicente Alba