Esta es la historia
de un calvo besucón,
que se arrimó en demasía
a una chica del balón.
Si bien no era su día
un piquito le plantó,
euforia incontenida
¡para él la atención!
Nadie dijo nada,
nadie se ofendió;
joder, ¡qué chorrada!
incluso ella pensó.
Pero corren malos tiempos
pues sufrimos tiranía,
por los malos pensamientos
de la cruel progresía.
Mal está lo que está mal,
no admite discusión,
pero no es la peor
del alopécico señor.
Aun así caerá por esto,
por un beso que no es sexo;
claramente al intelecto
el mundo está inconexo.
Sin ninguna discusión
él hacía y deshacía,
y pensó el muy bribón
que nada pasaría.
Pero alguien vio un filón,
salió en tromba el feminismo.
¡Ven aquí, calvo cabrón!
¡Morirás ahora mismo!
Las mismas jugadoras
que del beso se reían
pasadas unas horas
al hombre atacarían.
Y pasados unos días
al fin ella descubrió,
cosa que no sabía,
¡víctima de condición!
Pero el tío es bravucón
y cobra un buen dinero.
¿En España dimisión?
¡No seré yo el primero!
¡No pienso dimitir!
ante todo el mundo dijo;
le gusta el buen vivir,
ser el amo del cortijo.
¿No te vas, calvo gañán?
Tranquilo que te echamos.
Lo peor de ti dirán;
sin poltrona te dejamos.
Menudo linchamiento,
la de golpes que le han dado
a modo de escarmiento
al heteropatriarcado.
Estuvo mal, lo hemos dicho,
pero luego se han pasado.
Como al que zurra a un bicho,
¡así le han atizado!
En su justa proporción
hay que medir los hechos,
pero hoy falta razón,
reinan los sentimientos.
¿Y ahora qué van a hacer
con tamaño apestado?
A su pueblo a pacer,
¡cuánto hemos progresado!
Y si preocupa el calvorota,
más preocupa la corriente,
la razón en bancarrota,
manipulación a la gente.
La muerte civil espera
a todo disidente,
por salirse del redil,
por ir contracorriente.
Es la nueva dictadura,
no te apartes del rebaño;
corrección y locura,
no hay mayor engaño.
Y miren que pasan cosas
en esta mierda de mundo,
y tantas van a la fosa
del olvido más profundo.
Pan y circo, amigos míos,
nada nuevo bajo el Sol;
alfalfa del Sistema
y que muera la razón.