Leo en un diario de papel, de esos que ojeo en el bar, tomando café, que ha fallecido el excelentísimo señor don Alejandro Nieto García, ex presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y prestigioso catedrático de derecho administrativo, además de intelectual, y hombre de bien.
Descanse en la Paz de Dios.
Mi más sentido pésame a sus seres queridos.
El Derecho Administrativo, español y mundial, hoy tiene que estar de luto, en la muerte de uno de los hacedores de la disciplina en España, y que gracias a personas como él, ha conseguido estar entre los mejores del orbe.
¡Lástima que los políticos, politicastros y demás gentuza estén siempre maquinando para darle la vuelta a las leyes, Constitución incluida!
No voy a enumerar la vasta obra del profesor Nieto García, pues estoy seguro que lo harán personas más acreditadas que el que suscribe, pero sí quiero dejar constancia de su buen y gran hacer, de la calidad de sus libros, y de la bonhomía de su carácter, que siempre contestaba a cualquier escrito que le enviaras.
Y de forma sencilla y afectuosa, como siempre hacen los grandes hombres.
No tuve el honor de ser alumno suyo, pero sí soy deudor de sus libros, que me han ayudado a navegar por las siempre procelosas aguas del derecho administrativo, procurando defender siempre a mis clientes del caimán de turno, el político, cacique o dictador, que nos esperaba en la revuelta del río, para engullirnos.
También para defenderme de las injusticias sufridas en carne propia, de la universidad, de la fiscalía, y de alguna otra institución pública, que no es el caso enumerar.
El derecho administrativo es la brida del poder político, y sólo respetando las leyes y los reglamentos, las formas, los procedimientos, etc., podemos luchar contra las arbitrariedades del poder, que muchas veces son auténticos delitos de prevaricación administrativa.
Y que, por desgracia, suelen quedar impunes.
Don Alejandro nos enseñó, a toda una generación de abogados administrativistas, a luchar contra el poder, en defensa de los ciudadanos de a pie, y de nuestros propios derechos, e intereses legítimos.
Pues, quién defiende sus derechos, está defendiendo también los tuyos, y conviene no olvidarlo.
Descanse en paz don Alejandro Nieto, y le rogamos pida a Dios que nos siga dando fuerzas para luchar por el Derecho, y la fuerza del Derecho.
Por Ramiro Grau Morancho
Académico, jurista y escritor