¿Estamos ante un nuevo 2 de mayo…?

 

Durante los cinco años, por ahora, de la égida del nuevo Almanzor, Pedro Sánchez, destructor de las Españas, la sociedad ha preferido mirar para otro lado.

La cobardía y el pasotismo, junto con el hedonismo y el consumismo, han sido las señas de identidad de nuestra nación, en términos generales, y salvo honrosas excepciones.

Dicen que un gobierno es el fiel reflejo de un pueblo, y que cada país tiene el gobierno que se merece, y el pueblo español ha merecido este desgobierno.

Pero todo tiene su comienzo y su fin, y creo que la sociedad está despertando, y se aproxima un nuevo 2 de mayo… ¡contra nuestro presidente y la banda de malhechores en los que se apoya!

Que Pedro Sánchez haya tenido la desfachatez de pactar con un        prófugo de la justicia española, supera ya los límites de todo lo posible, y el sentimiento de hartazgo y de vergüenza por lo sucedido, se está instalando en España.

Un gobernante puede gobernar con el pueblo en contra, pero no un político del tres al cuarto, que vive de las encuestas, y sólo piensa en la próxima cita electoral…

Pedro, Antonio para los amigos, no es un gobernante, ni siquiera un político al uso, con altura de miras, al menos para los próximos cuatro años.

Él es un simple funambulista, que vive el día a día, y cuya máxima aspiración es durar un mes más, o, como mucho un año.

Y aunque España se desangre, e incluso desaparezca, le da igual.

Es como el centinela que fuma en el polvorín, y está tan tranquilo.

Un tipo esperpéntico, un adefesio de la vida nacional, que por desgracia para todos, nos tenemos que comer con patatas fritas, no sé sabe por cuánto tiempo.

Dios quiera que sea por poco.

Pero, de cualquier forma, el mal ya está hecho.

El  desprestigio nacional va en aumento, y en el extranjero ya nos  miran de reojo…

Ningún empresario serio, de verdad, de los que invierten su propio dinero, o el de sus representados, invertirá nada en España, y sólo es cuestión de tiempo que lo comprobemos.

Pero, la sociedad española, siempre tan cobarde, sigue pensando que el problema nos lo solucionarán otros, y así nos encomendamos a la UE, ese gigantesco saco de corrupción y masonería internacional, o al Rey Felipe VI, cuyos poderes son muy limitados, por no decir inexistentes.

De cualquier forma, echo en falta que diga algo, y tenga una nueva intervención como el 3 de octubre de 2017, poniendo los puntos sobre las íes.

¡Que dos días de cumplir con su deber en siete años, no creo que sea pedir demasiado!

 

Ramiro Grau Morancho

Académico, jurista y escritor

https://www.graueditores.com

Ramiro Grau Morancho