El Estado de Derecho es lo único que nos separa de la tiranía

 

Acabo de ver el discurso del Rey, y Jefe del Estado, en la apertura de las Cortes, y la banda ¿musical? desafinando al interpretar el Himno Nacional, no sé si de forma intencionada, o por la desgana de sus miembros.

Que deberían ser suspendidos de empleo y sueldo quince días, por lo menos.

El discurso de Felipe VI, previsible, como todos los suyos.

Nunca dice una mala palabra, ni tiene ninguna buena acción.

Es inane.

La portera mayor del Congreso, esa señora oronda de Baleares, que lo ha mantenido cerrado desde hace cinco meses, ha hecho un discurso propio de una sirvienta de Pedro Sánchez, lleno de lugares comunes, y de ignorancia, mucha ignorancia, que suple con abundante mala fe.

Creo que la sociedad española, o lo que queda de ella, todavía no ha despertado, y sigue pensando que alguien, la UE, el Rey, el ejército…, o quién sea, nos sacará las castañas del fuego.

Pero, como siempre, quién quiera peces, tendrá que mojarse el culo.

Somos los eternos adolescentes, algunos ya de cincuenta o más años, que piensan que sus padres tienen la obligación de solucionar todos sus problemas…

El Rey es una figura decorativa, otro jarrón chino, como los ex presidentes del gobierno, que ha sido ninguneado reiteradamente en los cinco años de la dictadura sanchista, y no ha dicho ni pio.

Y ahora, ya es tarde.

Es como cuando tienes un hijo problemático.

Si de pequeño no le enderezas, y haces que vaya por el buen camino, cuando llegue a la adolescencia, y a la juventud, todavía lo conseguirás menos…

Ha dejado que Sánchez se apoderara de la residencia real de La Mareta, para sus vacaciones “reales”, y juergas con sus amigotes, todos a gastos pagados,  pagados por nosotros, faltaría más.

¡Y podemos estar contentos de que todavía no se haya instalado en la Zarzuela, y echado de allí a Felipe VI!

No se ha atrevido a alzar la voz ante los continuos desmanes de Pedro Sánchez, y ha sido incapaz de intervenir en la política exterior de España, por ejemplo, las relaciones, siempre difíciles, con nuestros amigos-adversarios-enemigos, de Marruecos.

Ha sido ninguneado, por activa, por pasiva, y por perifrástica.

Espero que se haya comprado ya un palacete como residencia en el extranjero, pero presiento que le va a hacer falta.

Y pronto.

Mientras tanto, el pueblo español sigue ocupado con el  fútbol, las drogas y el alcohol.

Y es que, lo primero es lo primero…

¡Qué gran verdad es que cada pueblo tiene el gobierno que se merece!

 

Ramiro Grau Morancho

Académico, jurista y escritor

https://www.graueditores.com

Ramiro Grau Morancho