Destruido y abandonado por Pedro Sánchez y su banda

 

(Dedicado a la memoria de doña Amparo Cabeza de Vaca y Munilla, esposa de don José Luis Jerez Riesco)

 

Hace unos años, esa máquina guerra civilista llamada la PSOE, se empeñó en profanar la tumba de Francisco Franco en el Valle de los Caídos, realizando una ceremonia masónica sobre su cadáver, con la presencia de altas autoridades del gobierno.

Desde entonces, y es bueno recordarlo, parece que hay una maldición del Caudillo  contra Pedro Sánchez y su banda, y todo lo que emprende le sale mal y van de ocurrencia en ocurrencia, y de parida en parida, intentando distraer al personal, mientras inundan nuestra Patria de okupas, sin oficio ni beneficio…

Pero, no  contentos con profanar el  sagrado enterramiento de Franco, como de cualquier persona que haya recibido cristiana sepultura, se empeñan en destruir el Valle de los Caídos, haciendo la vida imposible a los monjes que allí habitan, celebran los oficios religiosos, tienen una escolanía, que es de las primeras del mundo, etc.

¿Cómo…? Pues por el  expeditivo y mentiroso argumento de pretextar unas obras inexistentes, para cortarles el agua, el suministro eléctrico, etc., por supuesto sin informarles previamente, intentando echarles de allí.

Solo les falta dinamitar la Cruz más alta del  mundo, pero todo se andará.

¿Será que en España no hay problemas de verdad que resolver…?

Nuestra Patria se deshace a trozos, estamos siendo invadidos un día sí y otro también, la economía va de mal  en peor…, pero según Pedro Sánchez y su banda, todo va a mejor.

Y no lo dudo, pero sólo para ellos.

Mientras tanto el  Rey  inane, Felipe VI, no dice ni pio, pero, eso sí, se muerde las uñas, que hay que ver cómo lleva las manos.

El Valle de los Caídos, como El Escorial, y otros muchos monumentos y palacios, como el Palacio Real, por ejemplo, son Patrimonio  Nacional, y el patrimonio nacional es de todos.

El Gobierno tiene el deber jurídico de protegerlo, y conservarlo en las debidas condiciones, para las nuevas generaciones.

Hace años tuve el   honor de estar alojado en la Hospedería del Valle de los Caídos, varios días, durante una reunión de las cabezas pensantes de los Graduados Sociales.

¡Que austeridad, que silencio, que buena y sana comida!

Es un lugar que invita a la oración, a pensar, meditar y rezar.

Los monjes, silentes, procuraban no interferir en nuestras actividades, y casi no les veíamos, pero si apreciábamos que estaban pendientes de nosotros, y que no nos faltaba de nada.

Tranquilidad, silencio, austeridad, respeto, un lugar ideal para hacer ejercicios espirituales, o reuniones de trabajo…, con los móviles apagados, para que no turben el  recogimiento y la tranquilidad.

(Solo me resultó extraño ver que en el comedor alguien encendió la televisión, no sé si de forma intencionada, para que viéramos cómo el  gobierno de por aquel entonces, otorgaba la medalla de oro del  mérito en el trabajo al consejo general y/o a los colegios de graduados sociales de España, no lo recuerdo con certeza).

Rezo para que los españoles en general, y los madrileños en particular, visiten el Valle de los Caídos todo lo que puedan, den donativos a la Abadía y, en definitiva, suplan el papel de un gobierno comunista que está empeñado en destruirlo.

¿Y la Comunidad de Madrid, no podría hacer más de lo que hace, es decir, nada…?

Obras son amores, y no buenas razones.

 

Ramiro Grau Morancho

Académico, jurista y escritor

https://www.ramirograumorancho.com

Ramiro Grau Morancho