Fue un marino aventurero, un mercenario portugués, un empresario genoves del textil, un noble galaico, bastardo e iracundo, un cientifico letrado, un diplomatico, ¿un descastado?

Fuera lo que fuese, su pugnacidad provoco el nacimiento de una nueva civilizacion: La Hispanidad

 

12 DE OCTUBRE DE 1492

 

Haciendo frente al pavor de los mitos que sobre el mar tenebroso circulaban, el capitán de aquella carabela pretendía rodear el globo terráqueo para llegar, por el oeste, a las Indias Orientales y a China, sin tener que costear la  punta de África ni enfrentarse a los temibles navegantes portugueses, que tan bien conocía, pues cuando trabajaba para ellos, tuvo la oportunidad de constatar su crueldad en alta mar, como también había tenido la oportunidad de recorrer las costas atlánticas de norte a sur, hecho que le había facilitado el cálculo de las millas marinas existentes de un Polo al otro Polo.

Su azaroso viaje se debía casi exclusivamente a ese cálculo, gracias al cual, había medido el diámetro de la Tierra y su circunvalación como si de una circunferencia perfecta se tratase. Grave error, pues él ignoraba que la Tierra era chata en los polos, su circunferencia no era, por lo tanto, perfecta y sus medidas tampoco.

De esta manera, navegando hacia el oeste por el ecuador, las distancias se incrementaron varios miles de millas, con las que nuestro osado capitán no contaba, provocando su perplejidad y el pánico en la tripulación, que la condujo, en un acto desesperado, a amotinarse. No obstante, la determinación y arrestos del capitán resolvieron las dudas de los indecisos, y tres días después del conflicto, que pudo acabar con sus sueños de gloria y con su propia vida, colgado del Palo Mayor, el vigía de la carabela gritó “Tierra a la vista”.

El 12 de octubre de 1492 se produjo el encuentro entre dos mundos y el inicio de otra era, con el nacimiento de una nueva civilización.

Allí empezó el año cero de la Hispanidad, una aventura que duraría más de tres siglos y que revolucionaría la tierra entera.

 

LA PISTA DE UN MISTERIO

¿Quién era este misterioso capitán cuya obsesión y sus erróneos cálculos, cambiaron el mundo?

Muchos de los hombres que han marcado la historia de España y del mundo, no siempre han obtenido el reconocimiento que estaban en derecho de esperar, al menos no con su nombre de nacimiento.

El nombre de nuestro misterioso personaje pudiera ser el de Pedro Eanes Álvarez de Sotomayor, también conocido como Pedro Madruga, Conde de Camiña, Pedro Joaô Coulaô o Cristóbal Colón, aunque este último nombre esté sometido a múltiples discusiones debido a la importancia mundial de la figura de Colón, pues al protagonista de la gesta más importante de los últimos mil años, todos los países europeos que por aquel entonces contaban quisieran darle patria.

Los orígenes de Cristóbal Colón son, hasta la fecha, un tema de debate, de falso debate, una reivindicación política, en definitiva, un intento más de borrar a España y el nombre de España de la esfera internacional y, sobre todo, un misterio no resuelto o que no se ha querido resolver, pues tanto la versión oficial comúnmente admitida fuera de España, como las otras versiones nacionales o regionales sobre su verdadera filiación, adolecen de importantes carencias documentales y, sobre todo, de coherencia con la realidad política y cultural de la época.

Por lo tanto, en las líneas que siguen, no se va a hablar de Cristóbal Colón tal y como la historia oficial nos lo ha presentado sino de este otro personaje histórico español y gallego llamado Pedro Eanes (Xoan) Álvarez de Sotomayor, un hombre carismático y controvertido que, después de su repentina y extraña muerte en una Fonda cercana a Tordesillas, donde nunca fueron hallados sus restos, renace bajo el nombre de Cristóbal Colón para dirigirse a Alcalá de Henares y asistir a la audiencia que el difunto Pedro había solicitado con la Reina Isabel la Católica para si-mismo, y que ésta le había concedido en honor a su linaje, a pesar de estar enfrentada con él.

 

CONTEXTO HISTORICO POLITICO DE FINALES DEL SIGLO XV

La relevancia de Pedro E. Álvarez de Sotomayor está muy relacionada con el contexto histórico político de finales del S. XV.

Nos encontramos pues en la segunda mitad del S. XV, donde la España cristiana domina casi toda la península salvo el reino de Granada. La nobleza regional, forjada en combate, se siente fuerte y manifiesta su interés por participar en las decisiones de peso y en la elección de los reyes peninsulares. Es un momento clave en la historia de España, en el que surgen revoluciones paisanas de vasallos y siervos frente a la nobleza y en el que aparece una guerra sucesoria por el reino de Castilla del difunto rey Enrique IV de Trastámara, fallecido en 1474, y hermano de Isabel la Católica, legítima heredera de Enrique según los acuerdos firmados en los Toros de Guisando el 4 de septiembre de 1468, y también hermano de Alfonso “el Inocente”, muerto envenenado el 4 de julio de 1468. Por otro lado, Enrique también tenía una hija: de nombre Juana, aspirante al trono de Castilla, lo que generó un importante conflicto entre las dos mujeres.

 

Lucha por el poder entre Juana e Isabel

Esta guerra entre la hermana del rey: Isabel, y su “hijastra” o sobrina: Juana, separará la nobleza en dos bandos, el de los que apoyaban a Isabel, más tarde llamada “la Católica”, y el de los que apoyaban a Juana apodada “la Beltraneja”, por sospecharse que era hija de Beltrán de la Cueva, siendo su valedor, el rey de Portugal.

En esta última facción -la de los que apoyaban a Juana y al Rey de Portugal- se encontraba nuestro personaje, un noble gallego de nombre Pedro E. Álvarez de Sotomayor y Colón, también conocido como Pedro Madruga, y perteneciente a una de las más ricas casas del antiguo reino de Galicia, pero cuya desafortunada elección de bando dinástico le costó la pérdida de todos sus bienes y “casi” la vida.

 

¿Quién era en realidad Pedro Álvarez?

Esta persona, que como decía, nació en el Noroeste de España (Galicia),   era   hijo   natural   de   Fernán   Eanes   (Juan)   de Sotomayor, un gran señor de la nobleza gallega (el linaje de los Sotomayor) y de Constanza de Zúñiga y Colón, la hija del Conde de Monterrey, perteneciente a una familia de notables de Pontevedra.

El nacimiento de Pedro tuvo lugar en 1440 en Poio (Pontevedra) a pocos kms. de Marín, donde se encuentra la Escuela Naval y la famosa y misteriosa playa de Mogor, cuyos laberintos esculpidos en las rocas son verdaderas cartas primitivas de navegación, diseños, cartas o dibujos que inspiraron los sincréticos diseños de joyas de una artista valenciana de ascendencia atlántica que, milagros de la historia, se apellida Marín. A mi entender, es muy probable que algo del magnetismo granítico de esa costa gallega haya marcado el ADN marino de Pedro Álvarez de Sotomayor, hasta el punto de revolucionar la navegación atlántica de su época y abrir el portal a una nueva era.

No obstante, a pesar del importante linaje de su padre, el nacimiento de Pedro fue ocultado al mundo, se produjo en el más estricto secreto, para no manchar la reputación de su madre, cuya identidad le fue ocultada durante toda su infancia. A las pocas horas de nacer fue entregado a su padre para que éste asegurase su educación, delegando la misma a los monjes del convento de Santo Domingo, en Tui.

Cuando muere su hermano mayor y legítimo heredero, Álvaro Páez de Sotomayor, Pedro recibe todos los títulos de nobleza de los Sotomayor, así como los bienes y propiedades de la familia de su padre, convirtiéndose en uno de los hombres más ricos y poderosos de la Galicia de la época. Pero toda flor viene con su espina, y con las riquezas heredadas tuvo que asumir una gran parte de los enemigos de su Casa, celosos de sus numerosas propiedades.

Pedro realizó estudios Jurídicos y de Derecho Canónico, pues su padre quería situarlo a la cabeza de la iglesia local como arzobispo de Compostela, una de las Diócesis más importantes de España, desde que el arzobispo Gelmírez había obtenido el apoyo papal para desarrollar el Camino Jacobeo. Sin embargo, Pedro, de carácter inquieto, se sentía más atraído por la ciencia de la navegación y el arte de la guerra que por la teología, conocimientos que fue desarrollando en sus momentos libres y que no tardó en poner en práctica pues, a la muerte de su hermano, los conflictos de gestión de sus múltiples propiedades unido a las trabas de los enemigos de su familia, consiguieron abortar su destino político-religioso como arzobispo de Santiago de Compostela, un puesto religioso y una función política de gran importancia en el S. XV.; sin olvidar tampoco que su nueva posición, exigía de él, al menos, un heredero.

 

Primer conflicto y cambio de rumbo

En estas circunstancias, empujado por las grandes familias locales – entre ellas, los Fonseca, uno de los cuales fue nombrado por Isabel como delegado y controlador de las actividades de Colón en su tercer viaje – fue obligado a abandonar su cargo con premura. Aunque en ello también influyó la violenta Revuelta de los “Irmandiños” que le obligó a proteger militarmente una gran parte de su patrimonio (tierras de labranza y castillos), adquiriendo fama de cruel guerrero, siendo conocido, a partir de esa época, como Pedro MADRUGA.

Por estas razones, Pedro Álvarez – buscando alianzas estratégicas que pudiesen ayudarle – se puso al servicio del rey de Portugal, en primer lugar, como militar mercenario y, en segundo lugar, como marino. Su destino, sin saberlo, había dado un giro de 180°.

Fue precisamente por sus conocimientos de navegación que se le encomendó la exploración de las costas occidentales de África y de Europa, de norte a sur. Esta misión fue clave en la preparación de su futuro proyecto, pues le permitió verificar personalmente la configuración esférica de la Tierra, aunque muy a su pesar, también le hizo cometer un grave error de cálculo que estuvo a punto de costarle la vida años más tarde, en octubre de 1492, cuando realizaba su primera travesía del Atlántico en dirección de la China, buscando la ruta para el comercio de las especias.

 

¿En qué consistió su error de cálculo?

Dicho error se produjo por el hecho de que Pedro no podía saber que la Tierra se encuentra achatada en los Polos y casi todos sus cálculos se basaban en la navegación norte-sur, por lo que el diámetro y el arco de la esfera que él había calculado (norte/sur) era muy inferior al diámetro y arco de la Tierra (este/oeste en el ecuador). Un cálculo matemático erróneo que estuvo a punto de costarle la cabeza el 10 de octubre de 1492.

De todas maneras, cualesquiera que fueran los problemas encontrados mientras estuvo al servicio del rey de Portugal, Pedro Álvarez de Sotomayor y Colón, supo hacerles frente y convertirse en un aguerrido militar y marino, sin que estos rasgos de su personalidad interfieran en el hecho de que Pedro, también era un hombre extraordinariamente culto y familiarizado con las luchas de influencia en los palaciegos salones de la realeza castellana y portuguesa.

 

Segundo conflicto y expatriación obligada

No obstante, a pesar de sus conocimientos en leyes, navegación y estrategia militar, su decisión de apoyar militarmente a Juana la Beltraneja, la candidata perdedora a la Corona de Castilla, también apoyada por el rey de Portugal, en la guerra de sucesión al trono que ésta mantenía con Isabel, fue una mala decisión que puso a Pedro en una situación muy delicada ante la nueva reina de Castilla, Isabel la Católica.

Acabado el conflicto sucesorio, Isabel, a través de su Delegado Plenipotenciario en Galicia, López de Haro, confiscó todas las propiedades de Pedro y le prohibió volver a pisar las tierras de Castilla.

 

Desterrado en Portugal

Entre misiones de navegación y estancias en la corte portuguesa, Pedro empezó a sentir la necesidad de volver a sus tierras, padecía un sentimiento que en Galicia se denomina “morriña”, y ello le impelía a mantener una incesante correspondencia con amigos, con los letrados y administradores de su Hacienda y también con grandes personalidades políticas y científicas de su tiempo. Muchas de sus cartas se han conservado, lo que nos ha permitido conocer un poco mejor al personaje. Sus escritos estaban perfectamente redactados en latín, castellano y galaicoportugués, lenguas que dominaba, sin embargo, no conocía ni el italiano de Toscana ni de Génova, es más, numerosos analistas de la escritura han certificado unánimemente que las cartas escritas por Colón y por Pedro estaban realizadas por la misma mano, a lo que otros añaden que el criptograma de la firma de Colón “XSMAYS”, pudiera ser XOAN (Eanes) SOTO MAYOR S.

 

Retorno a Castilla y transformación

Hacia 1485/86, su posición económica empezó a volverse delicada y buscó apoyos en el círculo de la reina para poder regresar a España y recuperar su patrimonio. Gracias a la mediación del Duque de Medinaceli y Fray Hernando de Talavera, consejero de la reina Isabel, Pedro obtuvo audiencia con la reina, que en esos momentos estaba preparando la campaña para recuperar Granada para la cristiandad y expulsar definitivamente al islam de la piel de toro.

Durante su viaje a Alcalá de Henares, organizado con el máximo secreto, hizo noche en una Fonda cercana a Tordesillas de donde, cuenta la historia, nunca saldría vivo, pero nadie supo cómo ocurrió ni se encontraron sus restos.

Aquel día, la historia de este noble hidalgo gallego caído en desgracia podría haberse reducido al silencio en esa fonda castellana, sin embargo, al día siguiente de su misteriosa desaparición, un extraño personaje que porta el segundo apellido de Pedro (Colón) sale de la Fonda para honorar la cita con la Reina, que tantos esfuerzos le había costado al Señor de Sotomayor. Y, doble sorpresa, la Reina Isabel lo recibe como si lo conociese y, más extraño aún, accede a sus demandas de establecerse en Castilla. Por supuesto, bajo ciertas condiciones.

El acuerdo especificaba que nunca podría reclamar sus propiedades, ni los títulos nobiliarios de los Sotomayor. A esta obligación se añadía la obligación de participar como soldado en la última fase de la reconquista, es decir, hasta la toma definitiva de Granada, antes de financiar su proyecto.

 

Cambio de nombre y proyecto “ruta de las especias”

El nuevo Pedro, a partir de ese momento llamado Cristóbal Colón, el Pedro Joaô Coulaô (Colón) mercenario de los portugueses, acepta el trato y una vez concluida la reconquista, presenta de nuevo su proyecto de alcanzar la China navegando por el Atlántico hacia el oeste, bajo la amenaza de presentarlo al rey de Francia en caso de rechazo de la corona española.

La reina, interesada por el proyecto, pero también por evitar un posible escándalo con Colón que pueda desviarlo hacia Portugal, obtuvo de un rico comerciante de Valencia el dinero necesario para la expedición. Ese día comenzó una nueva historia que iba a transformar el Mundo y que nosotros, desde entonces, celebramos el 12 de octubre, como Día del descubrimiento y de la Hispanidad.

¿Se puede asegurar que el marino español Pedro Álvarez de Sotomayor era ese misterioso personaje conocido como Cristóbal Colón?

Yo no puedo asegurarlo, sin embargo, muchos especialistas así lo confirman cuando analizan las cartas intercambiadas entre Cristóbal Colón y Pedro de Sotomayor con la Corona, pues todos certifican que la escritura de sus diferentes correos provenía de la misma mano. Además, cuando Cristóbal Colón escribía en castellano, ciertos modismos ampliamente utilizados, eran típicamente gallegos.

Asimismo, como buen conocedor del mundo marino, Pedro escogió a sus marinos para la travesía del Atlántico entre conocidos marinos gallegos, portugueses y de la Andalucía occidental, donde se sabe que Pedro tenía un hijo con una segunda mujer y cuyas tierras visitaba a menudo, lo que Cristóbal Colón no podía ignorar, pues financiaba los estudios de los hijos del supuesto difunto Pedro.

Después de esto, cabe preguntarse:

¿Qué relaciones podría tener el tejedor y comerciante de lana genovés, Christophorus Colombus, con los marinos atlánticos, con el rey de Portugal o con la alta nobleza gallega?

Y, sobre todo,

¿cómo es posible que suponiendo que fuese un comerciante genovés no hablase la lengua de su región, el genovés?, o ¿por qué milagro, cuando Colón andaba por tierras americanas, el genovés Christophorus fue visto en su península itálica? No olvidemos tampoco que Colón siempre insistió en que su apellido era COLON y no COLOMB.

Para acabar esta apasionante historia,  no deja de ser curioso constatar que las primeras cepas de vino transportadas a América, por Colón, fuesen las de “RIBEIRO”, el vino gallego más conocido en el mundo y muy extendido en las tierras de la familia de Pedro Álvarez de Sotomayor, alias Colón, tierras donde hoy en día se produce un cotizado Ribeiro llamado “Pedro de Sotomayor”, que en los cálidos días de verano y, especialmente durante las fiestas del apóstol Santiago, el 25 de julio, que es el Día de Galicia y el Día de España, hace felices los paladares de millones de gallegos y de españoles de ambos continentes.

Por todo lo dicho, cada 12 de octubre, lanzo un brindis por Pedro Eanes Álvarez de Sotomayor y Colón, alias Cristóbal Colón, para que todo el mundo lo recuerde como el español que descubrió América y para celebrar el Día de la Hispanidad o del nacimiento de una nueva civilización, la Hispanoamericana, que también a él debemos.

 

José Francisco Rodríguez Queiruga

Presidente de la «Chambre de Commerce Latino-Américaine» en Francia

Antiguo Secretario General de la Federación Europea de Cámaras de Comercio Españolas en el Exterior

José Francisco Rodríguez Queiruga