Ayer escuché, con el interés que no merece, la deposición de Teresa Ribera en el Congreso, pues se dignó dar explicaciones…, de nada y para nada.
Ella pasaba por allí… No cree tener competencia alguna en materia de medio ambiente, aguas, cuencas hidrográficas, la AEMET, etc.
¡Vamos, que actuó como Pilatos, con una total dejadez criminal, que confío y espero sea investigado judicialmente, y más bien pronto que tarde!
¿Y Feijóo y el PP español, o lo que queda de él…?
Pues como siempre, a por uvas, y volviendo trasquilados.
Mucho me temo que fue todo una comedia bufa, y que el PP simuló una oposición a Ribera, cuando realmente la apoya.
Feijóo debería hacer lo que le pide el cuerpo, y pasarse al PSOE.
Estoy seguro de que el “caudillo” Sánchez le premiaría con una nueva vicepresidencia, de Asuntos Sin Importancia, por ejemplo.
Y así, entre “victoria y victoria”, el PP se encamina hacia su debacle electoral.
Lo de Teresa Ribera es de juzgado de guardia.
No he conocido en la vida a una persona tan petulante, engreída, maleducada, y arpía, en todo el sentido de la palabra.
Recuerdo haber leído una biografía suya, no sé si en la Wikipedia o en la Web del ministerio, donde se presenta “como alta funcionaria del Estado y profesora universitaria”… ¡Y se queda tan pancha!
Pensar que un técnico superior de la Administración Civil del Estado, con todo el respeto hacia ellos, es “un alto funcionario del Estado”, es hilar muy fino.
Y decir que es Profesora Universitaria, cuando era una simple Asociada, a tiempo parcial, por X horas semanales, y supongo que en una Universidad de la órbita del PSOE, es darse el pego.
¡Pues así es la Vicepresidenta Tercera del Gobierno, y ministra para nada, pues según ella, no tiene competencia alguna!
Y es verdad, porque es una incompetente de cuidado.
De mucho cuidado.
Su llegada a la UE, como Vicepresidenta, nada menos, confirma mi tesis de que España debe salir de esa organización mafiosa y masona, cuanto antes.
La soberanía nacional y la independencia, así lo exigen.
Y urge cerrar nuestras fronteras, salvo casos excepcionales, y empezar a expulsar a ilegales, pateristas y menas -cuando alcancen la mayoría de edad-, si queremos seguir siendo una sociedad civilizada, con el mínimo de violencia posible.
Espero ver pronto a Ribera en el banquillo de los acusados, pues eso es lo que procede, en Derecho y en Justicia.
Ramiro Grau Morancho
Académico, jurista y escritor