El Rey de España no se ha dignado acudir a la reapertura de la Catedral de Notre Dame, en el corazón de Francia, pese a haber sido expresamente invitado.

Al parecer, y según la Casa Real, “no estaba en la agenda”.

Aunque Paris dicen que es la ciudad del amor, nuestro Jefe del Estado ha preferido pasar el puente con su novia/amante/amiga especial, según se ha publicado, de la familia Franco, claro que él dirá: ¿Franco, quién era Franco…?

El ministro de cultura, el comunista Urtasun, que también estaba invitado, ha preferido ir al circo, con unos niños de su familia, y es lógico y normal… Tenemos un gobierno de comediantes, de titiriteros, y se comportan como lo que son.

Además, y en su caso, más que de ministro de cultura, habría que hablar de ministro de incultura, como  acredita en todas y cada una de sus ocurrencias.

De cualquier forma, este hombre no da más de sí, y es inútil pedirle peras al olmo.

Podría preguntar ¿y qué es una catedral…? y quedarse tan tranquilo.

Lo que sí me preocupa, y mucho, es que Felipe VI siga adelante con su agenda republicana, haciendo méritos para que la república venga a España, más bien pronto que tarde.

Y que ignore que el artículo 56, 1, de la Constitución, diga claramente que:

“El Rey es el Jefe del Estado…, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales…”, etc.

O que el artículo 16, 3, en sede de derechos fundamentales, diga que:

“Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”.

Hubiera tenido ocasión de codearse con el Presidente electo de USA, conocer de primera mano su opinión sobre Pedro Sánchez, e incluso saber si Trump da un dólar por la monarquía española…, o no.

El pobre no ha podido hacer nada, porque no estaba en la agenda.

Cuándo se convoque un referéndum nacional por el régimen totalitario-comunista sanchista, para ver si los españoles quieren monarquía o república, el Rey siempre podrá negarse a firmar, alegando “que no estaba en la agenda”.

En fin, el verá lo que hace.

O Leticia.

 

Ramiro Grau Morancho

Académico, jurista y escritor

https://www.graueditores.com

Ramiro Grau Morancho