Decidido a pasar a la historia, a la historia de la infamia, Sánchez le declara la guerra a Franco, en el cincuenta aniversario de su muerte, en la cama, y va a dedicar todo el año 2025 a intentar ganar la guerra civil, que los suyos perdieron.

¡Todo un ejemplo de “valiente”, que se atreve con un señor que lleva 50 años muerto, y al que, hasta ha profanado su tumba, que para cualquier católico es territorio sagrado!

Un tipo que está francamente enloquecido, en una huida hacia ninguna parte, pues solo tiene dos salidas posibles: la fuga a una nación con la que España no tenga tratado de extradición, o la cárcel.

Y más bien pronto que tarde…

Ni siquiera tengo nada claro que vaya a durar todo 2025, pues los muertos se le acumulan en el armario, y pronto va a reventar todo.

Los numerosos casos de corrupción que rigen su mandato, tanto personal como familiar, de toda la familia, padres incluidos, beneficiarios de subvenciones millonarias a su empresa familiar, etc., acreditan que estamos ante un individuo más corrupto que los Castro, Maduro o Daniel Ortega, y que lleva camino de convertir España en el primer país comunista de la UE.

Rehén de Marruecos, que conoce una buena parte de sus secretos, y de Begoña Gómez, su alter ego en los “negocios”, ha dedicado sus siete años en el gobierno, desde mediados de 2018, a un único objetivo, perpetuarse en el poder.

Como una tarántula cualquiera, ha ido tejiendo una gigantesca tela de araña, okupando todas las instituciones básicas del Estado, ante el pasotismo de Felipe VI, el rey pasmado.

En realidad, no sé si es una tarántula cualquiera, de esas que según dice el Diccionario de la RAE “es venenosa, aunque su picadura… solo produce una inflamación”, o es más bien un tipejo picado de la tarántula, en sus dos acepciones: que adolece de alguna afección física o moral (en su caso, de una amoralidad galopante), o que padece mal venéreo, lo que dada la índole de los “negocios” familiares, entra dentro de lo previsible…

Sea como fuere, ha conseguido domeñar al Estado, colonizando la práctica totalidad de las Instituciones destinadas a ser contrapoderes entre sí, pues todo poder absoluto supone, siempre, la total corrupción.

En su caso con el concurso, o la dejadez, cobardía, o llámese como se quiera, del Rey y Jefe del Estado, que ni siente ni padece.

(Tal vez por las influencias republicanas y pijo progres burguesas de Leticia, con c.).

Confío y espero que Sánchez no dure todo el año 2025, y que todos nosotros lo podamos ver.

No hay mal que pueda durar tantos años, ni nación que sea capaz de sobrevivir a semejante dictadura, que va camino de una tiranía, cuesta abajo, y sin frenos.

 

Ramiro Grau Morancho

Académico, jurista y escritor

https://www.ramirograumorancho.com

Ramiro Grau Morancho