A Dios gracias.
Desde hace años, cuando llega el 20 de diciembre, más o menos, me gustaría encerrarme en una urna de cristal, o en una cápsula del tiempo, y no salir de ella hasta el día 8 de enero del año siguiente.
No sé si alguno de ustedes siente esta misma, o parecida, sensación o necesidad.
Me cansa y aburre, cada vez más, el buenismo de auténticos hideputas, en estas fechas, la creencia de que todo el mundo es bueno -lo que es mentira-, el hedonismo, paganismo y egoísmo de la mayoría de la sociedad, que ha perdido y pervertido el sentido religioso, cristiano, de estas fechas.
Y ya solo pienso en cuando pasarán…, y la necesidad de aguantar, de sobrevivir a esa invasión de “amigos” (mis verdaderos amigos se cuentan con los dedos de la mano, y sobran dedos), de parientes “socialistos”, de los que dicen que “el PP también robaba”, como si robar fuera lo “normal” entre los gobernantes, y que Franco era muy malo…
La educación, esa educación que valoramos en demasía, y más en estas épocas de paz y armonía, me impiden contestarles como se merecen, fundamentalmente para evitar problemas con la familia, y he optado, como mecanismo defensivo, para no entrar al trapo, pasar totalmente de los temas políticos, en la seguridad de que el que es rogelio, lo seguirá siendo mientras viva, y, además, “no le importa que le roben, siempre que sean de los suyos”.
En el fondo piensan, y seguramente no están equivocados, que algo les caerá: un enchufe, en un empleo -que no trabajo- público, totalmente improductivo e innecesario, una subvención a fondo perdido, una beca para sus hijos o nietos, que no merecen, etc.
Mientras tanto nuestra Patria se va deslizando hacia el sumidero de la Historia, y la desaparición de la gran Nación española, que asombró y gobernó el mundo.
Y que ahora es un lodazal de fango y corrupción, con un gobierno de traidores e ineptos, que han abierto de par en par las puertas de España, que se está llenando de criminales extranjeros, que saben que aquí los delincuentes tienen más derechos que sus víctimas y las personas honradas.
En este 2025, que ahora empieza, solo pienso en tres cosas:
- Cuándo empezarán a ser juzgados los políticos corruptos que tenemos en España, y ya han sido pillados con las manos en la masa.
- Cuándo se disolverá el Parlamento, y se convocarán elecciones anticipadas.
Y perdónenme un ataque de egoísmo personal, ¿qué coño pasa con mi próstata…?
En fin amigos, Feliz 2025, y que Dios nos de salud y vida para poder acabarlo.
Ramiro Grau Morancho
Académico, jurista y escritor