Para evitar que se hable de la corrupción, suya y de toda su familia, esposa, hermano, padres incluidos, y de “su” régimen totalitario-comunista sanchista, Sánchez le ha declarado la guerra a Franco, ¡en el 50 aniversario de su muerte!
Con dos cojones.
Por desgracia para él, somos millones los españoles que nacimos y vivimos, parte de nuestra vida, en el régimen franquista, y las comparaciones son odiosas. Sobre todo para él…
Con Franco había orden, seguridad, y el que la hacía, la pagaba.
Todo lo contrario que ahora, que reina la anarquía, la desobediencia y la falta de respeto a los agentes de la autoridad.
Digo a los agentes, porque la mayoría de las autoridades, deberían estar en la cárcel, por traidores, corruptos e ineptos.
Yo nací en 1957, por lo que viví los 18 primeros años de mi vida con Franco, y sé de lo que hablo.
Aunque procedo del medio rural, Laguarres, en la provincia de Huesca, y de familia modesta, pude estudiar, gracias a becas del ministerio de educación y ciencia y de la diputación provincial de Huesca. ¡Gracias a ambas instituciones!
Entonces no se becaba a todo el mundo, sino que solo podíamos conseguir beca los mejores estudiantes, con notas entre notable y sobresaliente… (Yo debí de ser la única excepción).
Viajé por toda España, a coste muy reducido, gracias a la delegación nacional de la juventud, participando en numerosos campamentos de verano, en Covaleda, Soria, Ceuta, cursos de francés en Ávila, etc., y conseguí, previa superación del curso correspondiente, en Teruel, una beca para ser Educador de los colegios menores de la juventud, lo que me permitía simultanear el estudio y el trabajo, y no ser una carga excesiva para mis padres y hermano, trabajando como tal en Santander y Zaragoza.
Posteriormente empecé a trabajar como graduado social, pero seguí estudiando, pues siempre sentí, y lo sigo sintiendo, el gusanillo del conocimiento.
En definitiva, no se vivía tan mal durante el franquismo.
Es verdad que no existían los partidos políticos, pues el régimen entendía, siguiendo la doctrina joséantoniana, que los cauces naturales de participación política eran la familia (pues todos pertenecemos a una familia), el municipio (todos vivimos en uno), y el sindicato (todos ejercemos alguna labor para ganarnos la vida honradamente).
Aunque hoy en día hay casi tantos maleantes como personas honradas, viviendo esta patulea del dinero púbico, en forma de subvenciones y ayudas sociales, dedicados a la “noble” tarea de okupar las propiedades ajenas, e instalarse en ellas, pues no se respeta propiedad alguna, como es propio de un régimen comunista, y votando y apoyando al “puto amo”.
Ahora tenemos de todo: partidos, partidas, sindicatos apesebrados, que viven del dinero de nuestros impuestos, y con muy escasa afiliación, muchos medios de comunicación, información, desinformación e intoxicación informativa, ¿pero todo ello sirve para algo…, además de para dar de comer a medio millón de políticos profesionalizados (la mayoría sin profesión conocida), liberados sindicales y demás patulea…?
Yo empecé a escribir desde muy joven, y aunque fui procesado por el Tribunal de Orden Público, TOP, por un trabajo sobre el nacionalismo aragonés, lo cierto es que me expresaba con más libertad que ahora.
Ahora los propios medios, la mayoría dependientes de las subvenciones estatales, ejercen de censores, no dejando publicar nada que se aparte de lo “políticamente correcto”.
Solo en los diarios digitales encuentro refugio, frente al sectarismo y entreguismo de la prensa escrita, fuertemente endeudada, deficitaria y, por consiguiente, intervenida de facto, por medio de ayudas y subvenciones, por el poder político.
Somos manipulados al extremo, y solo hay que recordar el 11 M., el COVID, la DANA de Valencia, y tantas y tantas cosas.
En definitiva, ¡Viva Franco y el franquismo!
Prefiero el régimen franquista al régimen sanchista.
Así de claro.
Ramiro Grau Morancho
Académico, jurista y escritor