Ningún jurista querría escribir un artículo como este, para anunciar que el Estado de Derecho ya ha desaparecido de nuestra Patria.
Ahora, España no es más que un estado de desecho.
Se legisla torcidamente, en función de las necesidades de Pedro Sánchez para mantenerse en la Moncloa, y no importa que por el camino se arrolle el Estado de Derecho, la Constitución y la razón.
Todo ello con la complacencia criminal, complicidad o cooperación necesaria, de Conde-Pumpido, García Ortiz y Bolaños, el trio de la bencina.
El Preámbulo de la Constitución vigente dice que:
“La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de:
Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular…”.
En consecuencia, el artículo 1, 1, dice que:
“España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”.
Hablando en serio, ¿alguien cree que los catalanes, o los vascos, por ejemplo, son “iguales” que el resto de los españoles…?
O, lo que es todavía peor, ¿qué son tratados con igualdad, como todos los españoles…?
Con el régimen totalitario-comunista sanchista, que los españoles llevamos ya siete años sufriendo y padeciendo, han naufragado los grandes principios constitucionales de la igualdad, la solidaridad, el respeto a la Ley, la actuación objetiva e imparcial de las administraciones, y los políticos que las regentan, etc.
Solo resiste, incólume, el Poder Judicial, desde el primer magistrado al último juez de España, y vaya mi respeto, afecto y gratitud, a todos y cada uno de ellos.
El Rey, ni está ni se le espera, y lo mismo podemos decir del renqueante PP de Feijóo.
¡Cuestión distinta sería con el liderazgo nacional de la señora Ayuso, y de eso estoy bien seguro!
Un jurista más bien mediocre, Conde-Pumpido, ejerce de comisario político del régimen sanchista en la Justicia, y solo espero que el Tribunal Supremo le ponga pronto ante el espejo de sus propias contradicciones.
Un fiscal general, García Ortiz, digno de toda sospecha, e investigado por el propio Supremo, dado su cargo, al que se agarra como a hierro ardiendo… ¡Él sabrá porqué!
Y el perejil de todas las salsas, Bolaños, el hombre de las nóminas y los seguros sociales del Banco de España, un auténtico muñidor de la Justicia, notario y chanchullero mayor del Reino.
Que va cambiando las leyes sustantivas y procesales, la organización de la Justicia, etc., en función de los intereses de su jefe, ese a quien llaman “el puto amo”, Pedro Sánchez.
De seguir así las cosas, y solo tienen visos de empeorar, no descarto irme a vivir al extranjero, con harto dolor de mi corazón, ¡pero me gusta vivir en un Estado de Derecho!, no en una monarquía platanera, a imagen y semejanza de las repúblicas bananeras.
Ramiro Grau Morancho
Académico, jurista y escritor