Pero solo es un jurista mediocre
Pedro Sánchez se sabe herido, pero los animales heridos, son los más peligrosos.
Y, al fin y al cabo, las personas también somos animales, unos más que otros…, aunque racionales. (No todos).
Sánchez tiene a “su” presidente del tribunal constitucional (no confundir con prostitucional), su fiscal general… del régimen sanchista, etc., y ha puesto las principales Instituciones del Estado, que deberían servir de contrapeso, a su servicio.
Se cree el dueño de la finca, el “puto amo”, en acertada definición de uno de los ministros mueble que decoran su gobierno, y hacen bulto.
Conde-Pumpido, un jurista en mi opinión mediocre, se cree el “Dios jurídico”, y que puede hacer lo que le da la gana, pues su palabra es la ley, y hasta la Constitución, y en ello se aplica, subvirtiendo el orden constitucional, y participando en el golpe de estado jurídico, al que estamos asistiendo, en vivo y en directo.
Y ante la modorra, pasotismo y estupidez de la mayoría de la población, totalmente alienados por la caja idiota, que presenta una visión paradisiaca de la España actual…
¡Que no existe más que en la calenturienta imaginación de los cerca de mil asesores que tiene el gobierno!
Cualquier jurista, y no diré jurista, sino simple leguleyo, sabe, o debería saber, que la legislación de la UE es superior a la nacional, y debemos pasar por el aro, nuestra Patria, al integrarse en esa “cosa”, ha perdido la independencia, tanto política como económica, jurídica, social, etc.
Todos lo sabemos, menos Conde-Pumpido, que no lo sabe, o finge no saberlo.
Claro, es un juez franquista, pues ingresó en la carrera en 1974, y en aquella época no había Constitución, sino Leyes Fundamentales.
Y tampoco existía la UE, por lo que los jueces españoles eran la última ratio jurídica.
Pero ahora, no.
Urge acabar con los pocos jueces franquistas que quedan, empezando por Conde-Pumpido.
Pasarles al almacén de los objetos viejos.
(Y como alguno de los dos o tres lectores que tengo no entenderá la ironía de mis expresiones, decirles que tengo en muy alta consideración a la mayoría de los jueces franquistas, especialmente, y dada mi experiencia profesional como Graduado Social, por aquel entonces, a los Magistrados de Trabajo, que eran auténticas enciclopedias de Derecho, con una enorme capacidad de trabajo. ¡Va por ustedes, amigos!).
Ramiro Grau Morancho
Académico, jurista y escritor