La Guerra Fría es un capítulo más del Gran Teatro Mundial donde las élites desarrollan esa obra para engañar y asustar a los Ingenuos y crear la ficción de que existen dos bandos, los buenos, los “occidentales” o “mundo libre y democrático” y, enfrente, los “malos”, comunistas rusos y chinos que carecen de los excelentes “valores democráticos”…
Sobre la Guerra Fría narro la Historia de Bella Dodd que es una de las que mejor ilustran el comunismo como ficción de amor a los pobres y a las clases sociales desfavorecidas y, su origen, un diseño del liberalismo luciferino para captar a las ingenuas masas con un señuelo atractivo y encaminarnos en un futuro cercano a la fusión de ambas doctrinas e implantar una dictadura mundial.
Fue la familia Rothschild en el siglo XIX la que encargó a Karl Marx la invención del marxismo-comunismo. Fue una doctrina creada desde el prisma liberal originada en el siglo anterior – la Ilustración – y siempre con el objetivo de destruir a la Iglesia Católica.
Bella Dodd nacida en Italia en 1904 como María Assunta Isabella Vissono de unos padres poco o nada creyentes sin que ni ella misma supiera si estuvo o no bautizada, al llegar de niña a los EE.UU. y darse cuenta de que a los americanos no les gustaban los inmigrantes no integrados, adoptó como nombre de pila Bella, quitando, como buena atea que era, parte de sus nombres.
El cambio de apellido fue muy posterior como consecuencia de su casamiento con Dodd, un profesor también marxista como ella, aunque más moderado.
Siendo la jefa o presidenta del Partido Comunista de Nueva York y durante la denominada Guerra Fría en los años posteriores al fin de la Segunda Guerra Mundial, la buena de Bella acudía a las oficinas del magnate Rockefeller – símbolo del liberal capitalismo – en la mismísima Torre de ese apellido, a recoger las instrucciones que le enviaba el PCUS o Partido Comunista de la Unión Soviética… hasta que, no se sabe si un familiar o un amigo, le sopló al oído aquello de “Bella, ¿no te parece extraño que tus órdenes de Moscú las recibas en las oficinas de Rockefeller?”
Antes de entrar en el PC, la chica italiana que era inteligente, aplicada y muy espabilada se licenció en Derecho en la prestigiosa Universidad de Columbia que, si recuerdan mis aburridos escritos, su campus principal se encuentra en Brooklyn y es sede del movimiento masónico e Illuminati, Technocracy, Inc.,
En esa universidad impartió sus clases el masón y fundador del otro movimiento paralelo, PANEUROPA del conde Koudenhove-Kalergi, inspirador de la Unión Europea y del gran reemplazo.
A Technocracy, Inc. que subsiste a día de hoy, pertenecieron los denominados Tecnócratas franquistas que desde 1962 se sentaban con Franco en su Consejo de ministros.
A Technocracy le debemos la creación de la Trilateral, el Club Bilderberg y el Foro de Davos… las ideas de los fundadores son de hace más de un siglo, aunque la casa madre empezó a funcionar a principios de los años 30…
A estos masones les debemos el invento de las monedas digitales, en la actualidad de moda y conocidas como CBDC o monedas digitales de bancos centrales, además de los certificados energéticos y, sobre todo, la idea del calentamiento global o, mejor dicho, el calentamiento mental… nada menos que un diseño de hace un siglo…
Volvamos al centro de atención que es Bella Dodd y acabada su licenciatura se convirtió en abogada y, poco después empezó a impartir clases como profesora de Ciencias Políticas en el Hunter College.
Antes de apuntarse al PC de los EE.UU. en 1932, fue la lideresa del sindicato de docentes del estado de Nueva York
En1930, viajando por Europa, conoció a John Dodd, también docente, contrayendo matrimonio con él ese año.
Durante nuestra Guerra Civil – 1936-1939 – los Dodd se dedicaron a conseguir voluntarios americanos para combatir con los rojos-republicanos.
En 1940 John Dodd dejó a su esposa por divergencias comunísticas… Bella era muchísimo más radical que su marido, comunista moderado donde los haya… Bella siguió después de su divorcio usando el apellido Dodd.
Diez años más tarde Bella abandonó las filas del marxismo americano y, el PC de los EE.UU., humillado por su deserción, fingió su expulsión.
El partido había llenado su vida, su existencia y me atrevo a decir, su alma… renunció a todo, incluso a su marido.
Alejada del PC sintió la soledad, la angustia, la decepción y se sumió en una profunda depresión.
Sus ex camaradas la boicotearon, incluso, la persiguieron.
Su conversión
Siendo Bella la estrella reluciente del comunismo norteamericano, la Providencia tenía otros planes mejores que el camino del marxismo extremo y radical.
Su abandono del comunismo y su profesión a la FE verdadera de Cristo se debió a un encuentro con el Obispo Fulton Sheen – el apóstol radiofónico, famoso por sus charlas religiosas apasionadas – y sus alegaciones a San Ambrosio (el santo que consiguió la conversión de San Agustín)
Fulton, amigo del genial Chesterton, copiaba de este su humor mezclado con alusiones a los santos, sobre todo al nombrado Ambrosio.
Sus primeros pasos junto a Fulton fueron en 1950 cuando acababa de ser nombrado Obispo auxiliar de Nueva York.
Cómo fue su conversión:
En el otoño de 1950, Bella fue a Washington para tratar un caso como abogada.
Mientras caminaba se encontró con un viejo amigo, el congresista Christopher McGrathy, él le dijo, “Pareces perturbada ¿Hay algo que pueda hacer por ti?”.
McGrath le preguntó si quería protección del FBI. Y ella le contestó “no quiero más protección policial, los tengo siguiéndome todo el tiempo”.
En ese momento, Bella estaba siendo seguida tanto por el FBI como por la KGB.
McGrath – que era católico – le preguntó, “Bueno, ¿quieres ver a un sacerdote?”.
De Bella salió un «¡Sí!»
McGrath consiguió que Bella se reuniera con el arzobispo Fulton Sheen esa misma noche.
En la conversación inicial cuenta Bella que Fulton Sheen la trató con dulzura y observó: “Dra. Dodd, pareces infeliz”… comenzó a llorar.
Y entonces la llevó a una pequeña capilla en su casa a rezar y le dio un Rosario.
Desde ese momento emocionante permanecería muy devota a la Santísima Virgen.
Bella estaba en un camino diferente ahora. Nunca más volvería a la Oscuridad.
Sheen me dejó llorar, y luego, sin darme cuenta, descubrí que ambos estábamos de rodillas ante la Santísima Madre en una pequeña capilla.
El arzobispo le dijo: Bella, si quieres proteger a las personas a las que dices que amas, a la gente de este país y a todos los seres humanos del mundo, debes saber algo sobre el cristianismo.
Se había obrado el milagro. Se arrodilló dando gracias a Dios y cuenta ella misma que cuando se incorporó una profunda paz le invadió el corazón.
Un detalle importante de su biografía es la tarea encomendada cuando militaba en el partido comunista, la misión de infiltrar la Iglesia Católica y en concreto sus seminarios en los EE.UU.
Bella introdujo once falsos seminaristas con la intención de destruir la Iglesia. No es casual que el objetivo único fuera la Católica y no las sectas protestantes de anglicanos o evangélicos, señal inequívoca de cuál es la Verdadera Iglesia.
Eran fechas anteriores a 1950 y alejadas del Concilio Vaticano II y el liberal-comunismo y las diferentes sectas de masones ya trabajaban con insistencia contra Roma.
En alguna biografía de Bella Dodd la cifra de “once” se amplía a varios cientos de candidatos comunistas al sacerdocio, pero la cifra parece inverosímil.
El 7 de abril de 1952, un lunes Santo, Fulton Sheen la bautizó en la catedral neoyorquina.
Su libro
Escribió Escuela de oscuridad – School of Darkness – donde explica el objetivo del marxismo para engañar a la gente sencilla con una falsa justicia social.
Escribió sobre los que ostentaban el poder económico, no solo estadounidenses, que financiaban el comunismo para plasmar y someter a las masas y, sobre todo, destruir el cristianismo. Para conseguir este último objetivo, y siguiendo las directrices procedentes de Moscú,
¿Por qué la Iglesia católica? Porque era la portadora de la única FE VERDADERA.
Cuando fue convocada por el Senado para relatar sus actividades, declaró que sabía de por lo menos cuatro cardenales que, en el Vaticano, trabajaban para el Partido comunista. A la comisión del senado contó que los comunistas estaban presentes en numerosas oficinas legislativas del Congreso y en algunos grupos que asesoraban al presidente del país, además de la presencia que tenían en los sindicatos y otras instituciones importantes. Bella Dodd murió en 1969.
El diablo y Bella Dodd
Es el titulo traducido del inglés The devil and Bella Dodd de un reciente libro sobre Bella escrito por Paul Kengor y Mary Nicholas publicado en 2022 y, como insisten sus autores, es “la lucha de una mujer contra el comunismo y su redención”.
Kengor y Nicholas relatan: El libro trata de conversión, de esperanza y redención. Se trata de vencer el mal, de buscar un destello de fe más allá de los fríos muros de la oscuridad.
Al final del libro, los autores escriben: En el enfrentamiento entre el diablo y Bella Dodd, Lucifer tuvo sus pequeñas victorias, pero al final, Dodd prevaleció. Bella ganó, el obispo Sheen ganó y la Iglesia ganó.
Bella Dodd explicó, que, de todas las religiones del mundo, la Iglesia Católica era la única temida por los comunistas, ya que era su único oponente efectivo.
La idea prioritaria del Partido Comunista era destruir, no tanto la Iglesia como institución sino la fe del pueblo.
Se trataría de etiquetar a la Iglesia del pasado como opresiva, autoritaria, llena de prejuicios, responsable de las divisiones de luteranos, calvinistas, anglicanos, ortodoxos, etc. a lo largo de los siglos y de pretender ser la única poseedora de la verdad.
Nos remitimos al Concilio Vaticano II que es la obra magna tanto del comunismo, del liberalismo y de la masonería derivada de su padre espiritual, el judaísmo y que es el momento en que esa Iglesia del pasado avergonzada se vuelve hacia el mundo, es decir a una apertura al mundo y una actitud dialogante hacia todas las religiones y sectas.
Esa apertura significa tirar por la borda veinte siglos de doctrina inmutable y, al hacerlo, reconocer que la única FE Verdadera ya empezaba a no serla.
Bella profetizaba lo que le iba a suceder a la Iglesia de Roma
Bella Dodd estaba describiendo el estado de la Iglesia Católica en la actualidad.
Roma abandona el dogma de que fuera de la Iglesia no hay salvación, y reconoce como error la doctrina mantenida durante siglos frente a los cismas y herejías.
La tendencia después del Vaticano II lleva a la Iglesia a redimirse de la culpa por su pasado intolerante, disculparse en público por los pecados de los católicos muertos, aunque no por sus propios pecados contra los fieles vivos, incluido el encubrimiento de los abusos sexuales, que tanto daño hacen.
Después de dedicar 21 años de su vida al enemigo, quedó tan destrozada, que cuando se le abrieron los ojos, quiso dedicar los años que le quedaban a la penitencia.
Fulton Sheen le dio la orden de permanecer en el mundo y abrir los ojos de los americanos al veneno del comunismo, su ateísmo, su odio a Dios y a la Iglesia, a través de conferencias que daría por el resto de su vida.
Le diría a Fulton Sheen “Dios me extendió Su mano repetidamente, pero yo estaba tan ciega que lo ignoré y continué en el patrón de mi propia desesperación, sin importarme si vivía o moría, temerosa de enfrentar cada día venidero, sin voluntad de devolver el golpe a aquellos que me golpeaban y degradaban. Estaba a la deriva como un barco sin timón”.
Su amistad con los Von Hildebrand
Se hizo amiga del matrimonio de filósofos católicos Von Hildebrand.
Hildebrand estaba preocupado por el espíritu del Vaticano II y le dijo: “Bella, a veces me pregunto si la Iglesia no ha sido infiltrada”.
Bella le contestó “Estimado profesor, usted lo teme, pero yo lo sé”.
Cuenta detalles sobre la infiltración.
Bella fue responsable de la infiltración de comunistas en los seminarios católicos, jóvenes que no tenían fe ni moral, que tenían el carnet de afiliados al partido o eran jóvenes radicales.
Le contó también que estuvo en estrecho contacto con cuatro cardenales del Vaticano que trabajaban para el Partido
Dietrich saltó y dijo “mi sobrino es embajador alemán en la Santa Sede. ¿Quiénes son?»
Bella se negó a responder porque Sheen no le había permitido revelar sus nombres.
En las diferentes biografías y artículos sobre Bella, el relato de los cuatro cardenales es siempre coincidente, sin embargo, sobre los seminaristas infiltrados en los seminarios de la Iglesia en los EE.UU. las cifran no coinciden y van desde once a un millar pasando por varios cientos.
Como Moraleja de esta historia de conversión, la farsa de la Guerra Fría entre los buenos, los países “democráticos occidentales” y los malos, los comunistas soviéticos que, desde el final de la Segunda Guerra Mundial y, en concreto en Yalta, los líderes de ambos bandos se repartieron su poder e influencia en las naciones de Europa como si se atribuyeran las partes de un pastel.
Los muy buenos Roosevelt y Churchill por un lado y enfrente, el malísimo Stalin.
Un acuerdo de reparto entre genocidas a los que poco o nada les interesaban los destinos de los habitantes de Europa.
Una colosal obra de Teatro donde sus actores nos hicieron creer y lo siguen haciendo de que el liberalismo y su consecuencia el capitalismo es lo mejor frente al comunismo ateo perverso.
De la misma manera, HOY y AHORA, Donald es el bueno de derechas que quiere eliminar a la ideología Woke y su brazo derecho Vance, el gran católico partidario de la píldora del día después – un aborto – y de la reproducción asistida como acaba de expresarse.
Todos unos farsantes, eso sí, de extremas derechas como el Meloni, Milei, Abascal y otros parecidos.
Que Dios os bendiga y os proteja
Viva Cristo Rey
DIOS, PATRIA y REY LEGITIMO
Iñigo Caballero