Dice el artículo primero de la Constitución ¿vigente?, que “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”.

Con la reciente aprobación de la amnistía (que no llamo ley, pues aunque el papel lo aguanta todo, y el  Boletín Oficial del Estado, por lo visto también), está claro que la Constitución ha sido derogada totalmente, y que ahora ya no somos todos iguales, ni mucho menos.

Tampoco hay justicia, pues si la Justicia, en la definición clásica de Santo Tomás de Aquino, “es dar a cada uno lo suyo”, resulta evidente que hay personas que han delinquido, y lo que es peor, que piensan seguir haciéndolo en un  futuro próximo, y a los que no les va a pasar absolutamente nada.

Pero eso sí, ¡cuidado los robagallinas, y los defraudadores fiscales, que a esos se les va a pedir por la fiscalía cientos de años de prisión, como estamos viendo estos días!

El Código Penal contempla dos tipos delictivos de la prevaricación, la prevaricación administrativa y la judicial.

Pero falta un tercer supuesto, la prevaricación política, que consiste en poner el Estado al  servicio del partido en el  gobierno, evitar el control judicial, anulando de facto ese poder, ocupar las instituciones, pactar con los enemigos de España y de la unidad nacional, etc.

En ese tercer caso, es obvio que Sánchez es “doctor horroris causa”, y que Maquiavelo a su lado, se quedaba pequeño…

Es un maestro del mal, y, posiblemente,  es el  único doctorado que podría ostentar, por la “universidad del PSOE”, y de la vida.

Una vida mal vivida, y mal aprovechada, siempre al servicio del mal, y de sus amos, Soros, el  judaísmo y la masonería internacional.

La democracia está en grave peligro de desaparecer de nuestra Constitución y ordenamiento jurídico cuando Sánchez amenaza con ocupar, manu militare, el poder judicial, acabando así con la tradicional división de poderes, que es la característica básica de la democracia.

¿Y qué hace mientras tanto el señor Feijóo, jefe del PP…?

Pues estar en babia, como siempre, cuando no colaborar activamente con los enemigos de España.

Esa una pena que no sea más joven, y tenga más dinero, pues de ser así, me marcharía a Portugal, como el hermano de Pedro Sánchez, para ver los toros desde la barrera…

Pero como no va con mi naturaleza huir, seguiremos luchando contra esta dictadura,  cada día menos encubierta, que amenaza todas y cada una de las libertades básicas de un pueblo que quiere seguir siendo libre, y estar regido por el Derecho, con una auténtica separación de los tres poderes, que se embriden entre ellos.

Que lo consigamos o no, depende también, y mucho, de ustedes, de su voto, apoyo,  valentía, etc.

¡Y siento decirles que tengo poca confianza en la mayoría de ustedes, su sumisión constante y su cobardía congénita!

 

Ramiro Grau Morancho

Académico, jurista y escritor

https://www.ramirograumorancho.com

Ramiro Grau Morancho