Bien está esta denuncia de las prácticas dictatoriales de Maduro pues sienta un precedente ante la perspectiva que se presenta en España con el personaje que se ha instalado en la Moncloa con intenciones de perpetuidad. Sorprende, no obstante, la inclusión de España entre los firmantes con el entusiasmo que demuestra habitualmente nuestra casta dirigente con las prácticas “democráticas” de su querido Nico.