¿Recuerdan ustedes a aquel partido catalanista llamado Convergencia y Unión, CIU, ahora travestido en no sé qué otro partido, y que comandaba el jefe de la organización criminal familia Pujol, Jorge PUJOL…, aunque yo pienso que la verdadera jefa era la llamada “madre superiora”, Marta Ferrusola, ya fallecida…?
Según se ha publicado, por activa, por pasiva y por perifrástica, se “institucionalizó” un sistema de recaudación de fondos para CIU, de la forma siguiente:
El 1% para el partido,
El 1% para el “recaudador”, pues corría el riesgo de ser perseguido judicialmente, y
El 1% para la familia Pujol, pues Pujol había “sacrificado” su vida de banquero quebrado, con Banca Catalana, y su dedicación a los “negocios”, para dedicarse a la política.
Todo fue degenerando, es lo que suele pasar con los vicios, y del 3% se pasó al 5%, después al 10%, 20 y hasta el 30%, en fin el acabose.
“Gracias” a estas mordidas, la familia Pujol acumula más de 3.000 millones de euros, presuntamente, de forma que el rey Juan Carlos I, a su lado, es un pobretón, con solo 2.000 millones de patrimonio, obtenído por las comisiones por la compra de crudo para España, y los “agradecimientos” de empresas, por procurarles pingües negocios en el exterior.
Y digo presuntamente, pues aún no han sido juzgados. Creo que sucederá en 2025, y eso suponiendo que no se acabe suspendiendo el juicio, y se dilate hasta el Día del Juicio Final, por acumulación de autos…
Pujol quiso ser copríncipe de Andorra, arrebatándole la corona al Obispo de la Seo de Urgel, pero por alguna razón, posiblemente la oposición del Vaticano, y del propio Estado español (entonces todavía teníamos un Estado), no se materializó.
¿No le gustaría a Sánchez ofrecerle la corona principesca a Begoña Gómez, de la que está profundamente enamorado, según dice…?
Al fin y al cabo, él actúa de facto, como si fuera el Jefe del Estado, mientras que el auténtico jefe del estado, Felipe VI, ni está ni se le espera.
Las declaraciones de Aldama me recuerdan mucho aquella forma de recaudar dinero para el partido, más bien partida, pues los partidos tienen muchos gastos, grandes campañas publicitarias que afrontar, cuando llegan las elecciones, pocos afiliados, y, encima, la mitad no están al corriente en el pago de las cuotas.
¿Alguién cree, de verdad, que Luis Roldán solo “robaba” para él…?
Ramiro Grau Morancho
Académico, jurista y escritor