En una ocasión en la que preveía que iba a estar fuera en la fecha de las elecciones generales, solicité el voto por correo.
Lo cierto es que la certificación, papeletas, etc., no llegaban nunca…
Me cansé de llamar a la Oficina Provincial del Censo Electoral, donde nadie cogía el teléfono, o estaba siempre ocupado. (Más o menos, como pasa ahora con la “cita previa” en la práctica totalidad de las administraciones públicas).
Al final conseguí hablar con una persona, que me dijo que estaban desbordados de peticiones, y que todavía no habían podido hacer el envío, pues se atendían las peticiones por orden de solicitud.
Al final, llegó el día de las votaciones, y la documentación seguía sin llegar, por lo que me personé ante la sección y mesa donde debía votar, pues, en el ínterin, se anuló la conferencia que debía pronunciar en otra ciudad, por causas que no vienen al caso.
Y cuál fue mi sorpresa cuando, tras acreditarme con el Documento Nacional de Identidad, el Presidente de la Mesa me dijo que en los listados del censo figuraba que iba a votar por correo, por lo que no podía votar en persona.
Le expliqué la situación, pero la normativa era y es clara al respecto: si pides el voto por correo, no puedes votar presencialmente.
¿Y qué pasa si las papeletas no llegan a tiempo, o tu voto, confiado a Correos, no se entrega también a tiempo…?
Pues que te quedas sin votar. Y aquí paz, y después gloria.
Pero, además, ¿quién “custodia” los votos emitidos por correo…?
Pues un atajo de sindicalistas, de UGT y CC.OO., básicamente, y jefecillos de oficinas, nombrados a dedo.
Y, encima de todos ellos, un Presidente de Correos, ex jefe del gabinete de Pedro Sánchez en la PSOE, y participante en el pucherazo con los votos en el partido, con una urna detrás de una cortina, para que diera el “resultado” que tenía que dar.
No sospecho de la totalidad de la plantilla de Correos, faltaría más, pues me honro con la amistad de muchos carteros, y empleados de la sucursal de la que soy usuario, y me consta por notoriedad que son personas honradas, trabajadoras y decentes…, pero no confío en todos, ni mucho menos.
Cuando la política entra por la ventana, la honradez sale por la puerta.
Y para no volver.
Creo que todos los españoles estaríamos más tranquilos si esos votos por correo fueran depositados en el Juzgado correspondiente a la demarcación territorial.
En otras palabras, y conociendo la afición de Pedro Sánchez a los pucherazos en el partido…, y la gran cantidad de votos por correo (se habla de más de dos millones y medio de votos), me temo lo peor.
Es mucho lo que se juega, entre otras cosas un horizonte penal incierto, pues ya sabemos que los Juzgados y Tribunales españoles son extremadamente respetuosos con el poder, ¡pero cuidado si lo pierdes!
¿O creen que es casualidad que Felipe González y José Bono se hayan nacionalizado en la república dominicana…?
Ramiro Grau Morancho
Académico, jurista y escritor