Después de varios decenios de poner blanco sobre negro mis contribuciones sobre temas económico-financieros, debo constatar que un largo y frio invierno se cierne sobre los pocos que seguimos creyendo en Dios y en la Patria. Sobre los que no creen en Dios y algunos – escasos – que piensan que creen en la Patria, forman una comunidad perdida y lo siento.

Los que no creen me suelen tratar de complotista y recibo descalificaciones e insultos. Poco importa, vierto mis opiniones sinceras y jamás interesadas y si hay una sola persona que este escrito le sirva, estaré satisfecho.

Los que comentamos el devenir de los tipos de interés – ahora muy apretados y más que se van a poner -, las divisas, materias primas – incluyo el oro -, las bolsas y todo lo que puede tocar los bolsillos, escribimos con casi completa unanimidad lo tontos, torpes, ignorantes que son los que nos gobiernan desde las instituciones como el BCE, la FED americana, la Unión Europea, el Gobierno español…

Desde que comencé a escribir en el donostiarra Diario Vasco con poco más de 20 años su página financiera, dudaba que los decididores fueran tan estúpidos.

Advertir que eran tiempos de un tal Adolfo, aquel del “puedo prometer y prometo”…

Imposibles promesas.

Antes durante los estertores del franquismo y cuyos fieles adeptos achacaban los males y derivas a la vejez y enfermedad del dictador mientras que algunos pensábamos en una agenda oculta… voluntaria u obligada.

Me llamaba la atención que ninguno de los balances de las empresas cotizadas en aquel lejano tiempo, fueran más falsos que judas y que los responsables tanto de las sociedades como sus auditores callaran como muertos cuando lo denunciaba un día sí y otro también.

La mentira era la norma y no la excepción.

Quizás lo anterior no sea trascendental en un mundo donde la verdad es un bien inexistente.

Y mi pensamiento poco comprendía sobre determinadas actuaciones de las autoridades monetarias que poco o nada se entendían.

Ni el BCE existía ni la sombra del euro se vislumbraba y ya el engaño velado sobrevolaba.

Cuando nos topamos con esa lotería masónica que se denomina democracia, un regalo extraordinario de los Estados Unidos – billete con el premio gordo – que, o lo aceptas, o te invaden y la aplican quieras o no, la cosa empezó a desvelarse con claridad diáfana.

Felipe, uno de los mejores presidentes de la democracia nos trajo otro regalo maravilloso, el estado del bienestar que el pueblo noble – ingenuo – español aceptó alborozado… Recuerdo que el invento no era de Felipe sino de un economista americano muy famoso que los sesudos concedentes de otros premios maravillosos, los Nobel, se lo dieron sin rechistar.

El invento fue de una perversidad satánica propia de un sionista al que no quiero nombrar y que fue germen e inicio de la destrucción de los pueblos todavía creyentes.

Qué maravilla de estado del bienestar en el que de repente, lo que era de pago – o casi – pasó a ser gratis. Los obsequios se extienden como la pólvora… si antes un polideportivo se construía con el sudor de nuestro esfuerzo, de repente se inventó el concepto de deuda pública, que yo completo con un: sin parar, de manera que queda como deuda pública sin parar y que se extiende a comunidades autónomas, diputaciones, ayuntamientos y a cualquier ente que se le pueda ocurrir construir algo sin un euro -…

Una advertencia, los franceses cuando un producto es gratuito expresan que, “el producto eres tu”… el objetivo de la gratuidad éramos nosotros

No es sorprendente si el concepto se repite una y otra vez por todo el “occidente”… todos los países sin excepción alguna siguen la consigna de incrementar – aumentar – sus deudas de forma exponencial. Ordenes.

Nadie, ninguno de esos gobernantes “occidentales” son ni tontos ni ignorantes como, a veces, nos presentan los expertos en finanzas o en general, economía. NO son para nada tontos, aunque pudieran parecerlo.

Aunque los ministros tengan cara de gilipollas, no lo son, si les han colocado ahí es porque cumplen su papel.

Lo mismo que la señora Lagarde, Christine – parece más un Cristino… – aunque los comentarios la califiquen de tonta, no lo es… si la lógica sugiere que hay que bajar los tipos de interés… pues ella los sube… porque se lo soplan.

Ahora el objetivo de esas elites globalistas es provocar una tormenta perfecta, un caos total, una confusión que lleve a las principales divisas – las cuatro grandes – a un colapso…, a una subida de intereses exponencial y una inflación desatada.

Quizás la expresión conveniente sería poner winter is coming que, aunque todo lo inglés me repugne, expresa con mayor fuerza lo que se nos viene encima que si escribo, el invierno llega

Pues sí, lo que llega, absoluta y conscientemente provocado, es mucho peor que lo que pensamos.

Y lo peor de la situación no es la dimensión de la catástrofe sino su perversidad, porque a sus autores les trae al pairo lo que nos pase – evidente – y lo que buscan es ese momento del gran reinicio donde nadie tenga nada y que el género humano acepte sin rechistar en un momento histórico de gravedad de una crisis sin precedentes unas propuestas totalitarias para salir del agujero – salvarnos –y que, ellos mismos han provocado.

La pandemia del covid-19 fue un aperitivo o ensayo de sumisión con los confinamientos, la imposición de vacunas inútiles y criminales, pero sobre todo el enorme paso adelante en un aumento sin precedentes de las deudas públicas “occidentales”…

Si analizan ese aumento de deuda en un momento de cierre de industrias en las que la producción se detuvo… pues la consecuencia posterior ha sido – lo provocaron y lo esperaban – una inflación desatada gigantesca que requiere – lo dicen ellos mismos – de unas subidas drásticas de tipos de interés…

Sabían desde antes del covid lo que iban a desatar.

No podemos ser tan ingenuos para pensar que los aumentos de las tasas de interés han sido casuales, sino causales. La diferencia de una sola letra es trascendental.

Ahora llega la tormenta o ciclón irresoluble con la subida de precios de los productos del petróleo y sus derivados que NO se pueden combatir con nuevas subidas de tipos porque son productos IMPORTADOS…

La nueva subida de precios de la energía la van a justificar con otro nuevo aumento de tasas de interés que van a poner aún más la soga al cuello de las familias y autónomos.

Antes comentaba las monedas que mandan en este mundo, el dólar yanqui, el euro, la libra y el yen japonés, las cuatro sin valor alguno y cotizan a precios arbitrarios quizás en función de una cierta relación de superioridad económica entre ellas, sin olvidar el juego de la oferta y la demanda.

Me refiero a que HOY y en este preciso momento de aumento de precios energéticos, la que mejor puede resistir es el dólar USA seguida de la libra.

Tanto el yen japonés como el euro son divisas sin posibilidad de autonomía energética y en momentos de crisis petrolera conforman los patitos feos de esas divisas.

Se puede objetar que el franco suizo y quizás los dólares canadienses y australiano pudieran resistir mejor que los dos patitos feos y es cierto en lo que se refiere a los dos dólares por contar con una real autonomía energética y no el franco suizo que pudiera verse implicado en el desastre financiero.

Volviendo a los dos patitos feos, el que peor se va a comportar en la catástrofe absoluta es el euro… por muchas razones.

La primera es el estado de recesión en que se encuentra Alemania que es su único motor. Alemania se encuentra hundida en una crisis de energía sin precedentes donde su ex industria potente es incapaz de subsistir sin deslocalizarse a otros lugares donde las materias primas cuesten menos.

A la irremediable crisis alemana, le siguen las sanciones a Rusia, las deudas públicas gigantescas en continuo aumento, la nombrada subida de precios de la energía…el euro es la víctima propiciatoria para que sea el origen del winter is coming

Un hundimiento del euro sería la excusa perfecta para otro aumento generalizado y gigantesco de tipos de interés en todo el mundo para evitar el descalabro de las divisas.

La defensa convencional de una moneda es una subida brusca y pronunciada de sus tipos de interés… subidas sobre subidas para colapsar la economía de manera voluntaria.

Como consecuencia del hipotético hundimiento de las divisas la única referencia – refugio – va a ser el oro y en menor medida la plata.

Hace unas semanas escribía sobre la crisis actual, los tipos de interés, las letras del tesoro españolas a muy corto plazo y esa posibilidad de aumento del precio de los metales preciosos y que daba un plazo para su compra sobre seis meses.

Creo que si el winter is coming el momento es más cercano a esos seis meses y el derrumbe se puede producir en cualquier momento.

En dicho artículo un comentario me acusaba de ser del “sistema” porque no mencionaba en absoluto las criptomonedas…

Nadie me puede considerar de ser del “sistema” porque, si recuerdan, terminaba con mis habituales pensamientos de:

Salir del euro, salir de la Unión Europea, salida de la OTAN, de la OMC, de la OMS e incluso de la ONU…

Y dicho comentario se refería – además – al mencionar al candidato argentino Milei, este recomendaba las criptomonedas

Si no escribí sobre las criptos no es porque no puedan ser instrumentos de inversión alternativos a las divisas, a las bolsas… sino es porque es imposible dar un valor a esas monedas y sus cotizaciones son absolutamente especulativas.

Respetando la opinión del anónimo comentarista, creo que tanto el oro como la plata son mejores alternativas a las criptomonedas por su tradición inversora de miles de años y porque se puede fijar un precio de extracción mineral… De esa manera, dicho precio de coste de extracción es su precio mínimo… en las criptomonedas es imposible dar un precio ni mínimo ni objetivo.

Tanto si el invierno llega como si no, la situación al ser provocada y por serla, no puede ser ni leve ni buena, tomen estimados lectores sus precauciones.

Gracias por la lectura

DIOS, PATRIA y REY LEGITIMO

 

Iñigo Caballero

I. Caballero