El  estado del bienestar es idea para consumo de ingenuos y un instrumento perfecto para engañar y destruir las naciones mal llamadas occidentales.

Lo peor del concepto es que caló con rapidez desde su implantación en esta democracia corrupta y falsa, y pasamos de un estado franquista bastante bien organizado y estructurado desde el prisma económico y presupuestario a un caos voluntariamente programado.

Los que deciden en este mundo y sus órganos no se encuentran en nuestros lares sino en esos rascacielos neoyorquinos con apellidos que comienzan por Rocks o Rotschs, nuestras vidas y creencias les importan nada y, su odio hacia nosotros, las antiguas naciones cristianas, no tiene límite.

Engarzo estas líneas con el anterior “El duro invierno” en el que menciono de pasada el diabólico estado de bienestar.

Dentro de ese estado de bienestar forma parte la Sanidad, y me voy a referir al gasto sanitario.

Como los datos pueden parecer increíbles y absurdos, la prueba de su veracidad es el organismo europeo Eurostat donde se recogen las estadísticas de los diferentes países de ese engendro que es la Unión Europea.

El enlace correspondiente es:

https://ec.europa.eu/eurostat/cache/metadata/EN/hlth_sha11_esqrs_es.htm

Las estadísticas pueden ser engañosas al referirse el gasto sanitario en euros y la comparación con otros países es procedente porque ilustra la gravedad de la situación española.

Voy a comparar brevemente nuestro gasto con el gasto francés – que pudiera parecer – todavía – más alucinante que el español.

La comparativa es necesaria porque los niveles de vida de ambos países – y sus sueldos – son diferentes, pero lo que pretendo demostrar que el nivel de gasto sanitario en cada uno de estos dos países es equivalente.

El gasto sanitario recogido en las estadísticas europeas comprende tanto el gasto hospitalario como el ambulatorio y de medicamentos.

Todos los gastos reflejados – estudiados – lo son desde 2016 y NO cesan de aumentar, en algún año alineados con la inflación y en casi todos con aumentos mayores.

En particular, los últimos superan holgadamente la inflación con una tendencia a acelerarse.

Conozco mejor – y pido disculpas por ello – el caso de Francia por residir en dicho país; por tanto, el relato y la comparativa puede discurrir entre algunos errores.

El discurso francés gubernamental, antes, durante y después de la crisis del Covid-19 es que se construyen nuevos hospitales, se aumentan los quirófanos, los servicios…. La realidad es la contraria: si algún hospital abre sus puertas, son más los que se abandonan por viejos u obsoletos, los quirófanos en los hospitales se cierran en parte, los médicos y personal sanitario disminuyen sin tregua… mientras que el gasto hospitalario aumenta sin parar.

Ignoro si el discurso oficial español y la situación hospitalaria son similares, pero, al ser discursos oficiales y situaciones provocadas, la realidad y sus consecuencias deberían ser las mismas.

Vayamos al grano, el gasto sanitario español por persona y mes es de 225 euros… SOLO. La cifra es enorme y si la llevamos al orden familiar con cuatro componentes – padre, madre y dos hijos – la cifra asusta, 900 euros por mes

Ustedes pueden creer que una familia normal puede permitirse ese lujo de pagar – la está cotizando – esa cifra gigantesca, cuando es posible que el sueldo familiar no alcance los 2.000 euros… casi la mitad se lo lleva la sanidad.

¿Acaso algún lector ha visto reflejado lo anterior en un periódico de esos mainstream mentirosos?

Periodismo de investigación… al fondo se escuchan carcajadas.

¿Acaso algún partido político de los del sistema incluidos PP, PSOE, VOX, Junts, ERC, Podemos o PNV comentan algo sobre estas cifras pavorosas?

Qué ingenuos somos… son los mismos perros con distintos collares.

Estimado lector, usted paga esa cifra vía sus impuestos que le retiene su empleador o los paga mediante la declaración de la renta… los paga usted, aunque le hayan hecho creer que la Sanidad es gratis y forma parte del estado del bienestar

El engaño y la perversidad de las cifras demuestran que las actuaciones son deliberadas y que la ocultación de los hechos es muy grave y una estafa colosal a los pueblos ingenuos.

Otra reflexión se impone y es la imposibilidad que esas cifras alucinantes puedan financiarse por la vía de los impuestos: una parte es, en efecto, pagado por la recaudación impositiva y la otra parte, por la deuda… ese dinero público que según Carmen Calvo – del PSOE- , no es de nadie

Las cifras no cambian tanto si las paga con sus impuestos confiscatorios o las paga a través de la deuda que el gobierno contrae por usted…

La gravedad es que en el futuro esas cifras seguirán aumentando… sin parar.

Y no quiero ni hablar del incremento del gasto futuro si viene de blancos, negros, verdes, moros o cristianos… se va a disparar.

Comento de pasada el gasto francés que es alucinante, de 390 euros por persona y mes de los cuales el contribuyente galo paga 30 y los organismos de seguridad social y mutualidades – el sistema es diferente al nuestro, pero al final el pagano es el mismo – 360 euros; si llevamos el gasto a nivel familiar el pago real es de 1.440 euros que, se comprende, lo paga la familia…

A lo largo de su vida un ciudadano galo gasta en sanidad solo 355.000 euros… como para comprarse una casa…, si lo traspasamos al español medio, el gasto supera por poco los 200.000 eurazos, una propinilla que, ni que decir tiene, paga cada hispano la factura sin rechistar y sin darse cuenta.

Las diferencias de sueldos confirman que tanto los gastos sanitarios de uno y otro país son perfectamente comparables y obedecen a los mismos patrones… en definitiva, consignas y órdenes mundialistas, los Rocks y los Rotschs.

Pido reflexión y traigo la frase de Mark Twain un conocido masón que, ya arrepentido, nos dio la pauta: Cada vez que piensen como la mayoría, hagan una pausa y reflexionen

Es preciso ampliar la reflexión y la estadística comprende el gasto desde que usted nace hasta su fallecimiento.

Y les pido el ultimo pensamiento – NO para nuestros gobernantes – y aunque usted NUNCA haya pisado un hospital, un ambulatorio y que solo consuma de Pascuas a Ramos una aspirina… se dará cuenta de que el sistema es injusto en grado infinito y penaliza a la persona sana que lleva una vida normal y que no acude al hospital ni para abortar ni para cambiar de sexo… y que paga la factura a los que de verdad gastan la sanidad…

El sentimiento de gratuidad de la sanidad es, una ilusión

Gracias por la lectura

DIOS, PATRIA y REY LEGITIMO

 

Iñigo Caballero

I. Caballero