A la atención de Dª Marta Rivera de la Cruz,
Consejera del Área de Gobierno de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid
Con copia a:
Elena Hernando Gonzalo, Directora General de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid
Susana Alcalde Amieva, Subdirectora General del Instituto del Patrimonio Cultural de España
Antón Leis, Director de la Aecid (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo)
Andrés Gutiérrez Usillos, Director del Museo de América
Las asociaciones y personalidades firmantes quieren expresar su preocupación por la situación de diversos monumentos situados en la zona de Moncloa de la ciudad de Madrid. En concreto, el de Núñez de Balboa situado en el entorno de la Aecid, y el de Isabel la Católica, situado frente a la entrada de la misma. Como ustedes saben, dichos monumentos se instalaron allí a principios de los años 50.
1.- Uno de ellos, el de Núñez de Balboa, ha sido vandalizado repetidas veces, siendo inútil cualquier intento de limpieza y restauración porque a los pocos días vuelve a estar igual. Está todo pintarrajeado y el estanque sobre el que se yergue está vacío y normalmente lleno de basura, así como el jardín del lado de la Aecid, que ignoramos a quien pertenece, pero que en cualquier caso pertenece al pueblo español y por tanto debe ser respetado y cuidado. Y entendemos que debe ser tratado como merece, además, el famoso conquistador del actual Panamá y descubridor del Pacifico.
2.-Del otro, donado por el gobierno de Colombia, en honor a Isabel la Católica, desapareció hace ya bastante tiempo la Carabela de hierro fundido situada sobre el pedestal -el cual todavía permanece allí, con su placa conmemorativa, junto a una papelera siempre llena de basura, por cierto. Dicha carabela no tenemos noticia de que se haya repuesto nunca, probablemente porque el autor ya falleció y otras causas que sin duda ustedes conocerán mejor.
Adjuntamos al presente escrito fotos actuales de ambos monumentos, así como de su entorno, incluidas las cámaras instaladas en las fachadas del Museo de América y de la Aecid que dan al estanque. Consideramos que sería muy fácil instalar alguna cámara más, cerca de las actualmente existentes en las fachadas de ambos edificio, enfocadas hacia estos monumentos, para tenerlos controlados.
A continuación, vamos a hacer una comparativa del estado de estos monumentos, dedicados a un héroe y a una reina míticos de la Historia de España.
En primer lugar, con el de Núñez de Balboa en Panamá, baste con dos fotos para ver la diferencia. Nótese también, que es un detalle importante, que la iconografía clásica del personaje es, en una mano la espada y en la otra la bandera, mientras se supone que se adentra en las aguas del Pacifico para tomar posesión. Sin embargo, la escultura de Madrid lleva, en una mano la espada, y la otra la tiene desnuda y en garra, dirigida hacia adelante, en un gesto de ambiguo significado. Pero en cualquier caso una mano en garra ya sabemos lo que significa: agarrar algo con una garra, quizá desgarrar. No parece el autor haber elegido la mejor iconografía para honrar al personaje. ¿será quizá ello la causa de que cada vez que se intenta recomponer, en seguida viene alguien a volverlo a pintarrajear? ¿Será quizá que alguien rechaza la composición y nos está llamando la atención sobre ello?
Y en segundo lugar haremos la comparativa con otra serie de monumentos que se encuentran a escasos metros -basta con cruzar la calle-, dedicados a “libertadores” de la América española. Entendemos que cada cual puede denominar a San Martín, Bolívar etc. como le plazca, y puede pensar de ellos lo que quiera. Faltaría más. Pero no es esa nuestra opinión. En realidad, condenaron a sus países al subdesarrollo y a la dependencia e intervención extranjera.
La actuación de estos nuevos líderes fue deplorable, destruyendo lo logrado en el campo comercial durante la etapa española, sin ofrecer alternativas.
Así, se abandonaron los astilleros que habían abastecido a la flota mercante, y el tráfico marítimo pasó a manos de Gran Bretaña. Se dejó de lado también el mercado interior. En cuanto a la industrialización, apenas hubo algunos intentos fracasados, que provocaron el abandono del campo por parte de los campesinos y, como consecuencia, escasez de alimentos y la necesidad de importar. Los nuevos países se convirtieron en meros exportadores de materias primas: cobre, plata, oro, caucho, petróleo…
España había llevado al Nuevo Mundo su propia cultura: lengua, religión, arquitectura, técnicas nuevas de cultivo, semillas y animales desconocidos allí. Creó universidades, escuelas, hospitales, se construyeron magníficas ciudades, algunas de ellas hoy Patrimonio de la Humanidad. Se impulsaron medidas para fomentar la economía y las investigaciones científicas.
A la hora de la secesión, por ejemplo, la Nueva España era una de las zonas más ricas y prósperas del mundo. Pocos años después, no solo había perdido esa prosperidad, sino la mayor parte de su territorio.
Ellos, los “libertadores”, separaron la América Española de la madre patria, condenando a la insignificancia política a un montón de pueblos, que si hubieran seguido unidos, ahora formarían quizás un bloque capaz de enfrentar los retos de todo tipo, que provoca un mundo en profunda transformación.
Por lo tanto, no creemos que los “libertadores” merezcan un monumento en sus actuales países. Pero en España, tratarles de libertadores y dedicarles monumentos, por cierto, cuidados, aseados y restaurados con el esmero que no merecen, al parecer, nuestros propios héroes, es ya como un colmo del absurdo nacional.
Un personaje como Napoleón, causante de una de las más terribles guerras de España y de Europa, descansa en una grandiosa “tombeau” en el centro de Paris, donde se acercan las multitudes a admirar a tamaño personaje. Los franceses le escriben loas, y que no se le ocurra a nadie recordar los millones de muertos que causó, que puede acabar mal. ¡Faltaría más, meterse con un héroe francés en Francia! Entonces ¿Por qué en España se maltrata a sus héroes y el maltrato sale gratis?
Aquí tienen ustedes las fotos de los citados monumentos a los que los hispanistas llamamos “traidores”, con el mismo derecho conque otros los denominan “próceres”. Como decíamos, no tenemos más que cruzar la calle que separa el museo de América del parque del Oeste, para encontrarnos monumentos cuidadísimos a San Martín, Bolívar, O Higgins, el fundador del club Rotario, Hidalgo, y demás.
La explicación que se nos ha dado en diversas consultas realizadas previamente a organismos tales como el museo de América, la Aecid, el Instituto de Patrimonio Cultural, etc, es que estos últimos monumentos competen al ayuntamiento, mientras que los de Núñez de Balboa e Isabel la Católica son de incierta titularidad o adscripción. En fin.
Sobre este particular, las asociaciones hispanistas abajo firmantes, tienen algo que decir: hay como una nube que flota sobre este tema y que no deja ver. Pero en realidad no es una nube, es un velo. Descorramos pues el velo: estos monumentos, todos ellos, los de un lado y los del otro del principio de la A6, tienen un único dueño: el pueblo español, el soberano según la constitución. dejémonos ya de seguir en medio de la niebla y de la red de confusiones que no nos llevan a ninguna parte:
Los traidores no merecen un monumento en España. Los héroes merecen nuestro respeto y reconocimiento. Solicitamos su puesta en valor.
Puesto que no es posible encontrar la carabela original del monumento a Isabel la católica, encarguen ustedes, por favor, otra nueva, y aclaren lo sucedido, si quieren, en una cartela adicional en el pedestal. Siempre será mejor que dejar eso como está, que es una vergüenza, para el país y para los organismos públicos, sean estatales, municipales o autonómicos, que debieran tenerlo en las mejores condiciones.
En cuanto al monumento a Núñez de Balboa, un personaje de tal peso histórico, nuestra propuesta seria la de retirar la actual escultura a los almacenes y sustituirla por una que le haga justicia, con su iconografía clásica, y colocarlo en un sitio mucho más céntrico y visible, como seria en la calle que lleva su nombre, o en el parque del oeste, sustituyendo, por ejemplo, la estatua del fundador del club rotario, situado en la mismísima entrada al parque por la calle marqués de Urquijo, que no entendemos qué pinta ahí.
Y ya para terminar solicitamos también que la estatua de Felipe II salga de los almacenes municipales y sea colocada en lugar principal, que podría ser en la Puerta del Sol, frente a Carlos III. Esa fue su ubicación inicial, y siendo la Puerta del Sol el km.0 de toda España, debería figurar en ella como representante de la casa de Austria junto al de la casa de Borbón. ¿Qué menos merece un rey de su talla?
ASOCIACIONES FIRMANTES
Asociación CÍRCULO CULTURAL HISPANISTA DE MADRID (España)
Asociación AMIGOS DE LA HISPANIDAD (España)
Asociación HISPAUNIDAD (España)
Asociación COLOMBIA HISPÁNICA (Colombia)
Asociación UNAHIS (España)
Asociación COMUNIDAD HISPANISTA (Argentina)
Asociación MISIÓN HISPANA (España)
Asociación CULTURAL PLUS ULTRA (España)
Asociación VANGUARDIA ESPAÑOLA (España)
Asociación CULTURAL HISPANISTA DEL PERÚ (Perú)
Asociación REUNIFICACIONISTAS (España)
Instituto paraguayo de Estudios Sociales IPES (Paraguay)
Asociación BERNARDO DE GÁLVEZ (España)
Asociación Unidad Hispanista (España)
Asociación Puertas Abiertas al Mundo Hispano (España)
Ciscuve, Centro de Investigaciones Socioculturales de Venezuela
Cima & Holzenthal
acTÚA HISPANIDAD
Asociación El Criterio
FIRMANTES PARTICULARES
Lourdes Cabezón López, escritora, hispanista
Fernando López Mirones, biólogo, director de cine, hispanista
Alberto Gil Ibáñez , ensayista, Tecnico de Administracion Civil del Estado, hispanista
Cristina Ceruti, hispanista
Nicole Holzenthal, profesora universitaria, traductora
José Bolívar Cimadevilla, cineasta
Angeles Alonso de Blas, veterinaria, hispanista
Montserrat Sáez Asensio, bancaria, hispanista
Maria Cruz Lago San José, hispanista
Jose Antonio Crespo, funcionario, doctor, ensayista
Alberto Abascal, docente e hispanista
Pablo Moreno-Aurioles, ingeniero de Caminos
Teresa Cid Martínez
Carlos Gómez Barbero
Carlos González Agulló
Maria Pía Zazu
Jose Luis San Agapito Mesonero
