La CIA, la libertad y la democracia

 

A los Estados Unidos, por supuesto de América, los españoles le debemos nuestra Constitución del 78, la democracia que disfrutamos con sus “extraordinarios valores” – aborto, LGTBI, la adhesión incondicional al Calentamiento Global, la Agenda 2030 – un gasto público desbocado, una deuda de estado elefantiásica, unos políticos intachables, honestos y competentes, la libertad en sentido individual y estricto, los derechos humanos, las Autonomías, una monarquía perjura que reniega de su compromiso con España.

Desde la década de 1950, la alargada sombra de ese Departamento americano y su brazo armado, la CIA extienden y tutelan, desde que nuestros mejores reyes, los Católicos, crearon esta nación denominada España y que gracias a los americanos estamos a punto de desmembrar.

Una Reconquista de casi ocho siglos y un Imperio glorioso y Católico, que crearon Isabel y Fernando y cuyos actuales representantes, Juan Carlos y Felipe consiguen arruinar y destrozar y siempre, siempre obedeciendo los dictados – y sus dineros – de nuestros enemigos, los Estados Unidos.

En estas páginas encontrarán una serie de artículos sobre la influencia total del Departamento de Estado y de su producto de exportación del que se sienten muy orgullosos, lo que calificamos como democracia a la americana y que, a veces, solemos escribir que procede del amigo americano.

En esos trabajos relatábamos como la Constitución 78 vino empaquetada por el número dos de la CIA en ese momento, el general Vernon Walters con poderes del mismísimo Kissinger y de su presidente Nixon.

Recordemos que Kissinger y sus sicarios despejaron en la previa el terreno con el asesinato de Carrero Blanco y, muy posible, de otros destacados miembros del antiguo régimen que pudieron obstaculizar la trama luciferina.

Hacemos un alto en la descripción anterior para introducir otro desaguisado – por calificarlo con simpatía – del D. de Estado de EE. UU. en la persona de Victoria Nuland que el cinco de marzo dimitió en diferido de su cargo de Subsecretaria de Estado, es decir, la número dos.

La dimisión en diferido de Toria – Victoria Nuland –

El actual Secretario, Antony J. Blinken, muy compungido por la dimisión de Toria nos comunicaba:

Lo que hace que Toria sea verdaderamente excepcional es la pasión feroz que aporta al luchar por lo que más cree: la libertad, la democracia, los derechos humanos y la capacidad duradera de Estados Unidos para inspirar y promover esos valores en todo el mundo. 

Lo que nos cuenta Blinken es algo que ya sabemos, el enorme interés de los EE. UU. en extender esos valores por todo el mundo… los españoles conocemos de primera mano y, además, estamos muy agradecidos por traernos la democracia a la americana. Infinitas gracias al amigo americano.

No solo es España, también los ucranianos tienen la fortuna – enorme – de recibir la ayuda democrática americana.

Blinken no se corta un pelo en expresar;

…  el liderazgo de Toria en Ucrania lo que los diplomáticos y estudiantes de política exterior estudiarán en los años venideros. Sus esfuerzos han sido indispensables para enfrentar la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Putin, organizar una coalición global para garantizar su fracaso estratégico y ayudar a Ucrania a trabajar para llegar al día en que pueda valerse por sí misma con firmeza, democrática, económica y militarmente.

 Los más agradecidos, por supuesto, a Victoria Nuland, serán los muertos, heridos, inválidos y sus familias que, por sus esfuerzos y entusiasmo democráticos los ha llevado a la tumba y/o a la desesperación.

No parece que ni a Blinken ni a la Nuland les preocupe mucho los daños colaterales, sino que lo trascendental es implantar la democracia en Ucrania, por supuesto, respetando los intereses de los Estados Unidos.

 Ocupémonos de la CIA, una agencia inofensiva

Es Mike Pompeo el que mejor expresa el carácterde la agencia de Inteligencia – o como ustedes le califiquen – expresándose: que quiere una CIA más «agresiva, brutal, despiadada e implacable» …

Como si la Agencia no lo fuera.

Pompeo un íntimo amigo y colaborador de Donald Trump fue nombrado al principio del mandato del republicano, el 18 de noviembre de 2016 y, muy curioso, Mike fue nombrado Secretario de Estado en 2018 por el mismo Trump hasta el final de su mandato… escribimos curioso, porque entre la CIA y la Secretaría de Estado existen unos vasos comunicantes, es decir, una simbiosis en la que la Agencia es el brazo ejecutor de su amo.

La Secretaría planifica y decide y la CIA se encarga de la ejecución.

El vocablo ejecución a veces significa que se encargan de suicidar a los que no aceptan las reglas de la democracia, en otras ocasiones, ejecución significa persuasión y en la mayoría de los casos equivale a corrupción.

El implicado acepta más o menos de su grado unos dineros por sus esfuerzos en favor de la democracia o de los intereses de los EE. UU.

No piensen que el bueno de Mike es un angelito o una hermana de la caridad ni que sus declaraciones son una excepción de las líneas de actuación de la CIA.

La agencia americana es una organización criminal sin control alguno y que solo se somete al presidente, al Secretario de Estado y a su Director.

La CIA no se encuentra obligada a rendir cuentas a nadie ni siquiera al Congreso o al Senado.

Demócratas y Republicanos y la CIA

Los lectores pueden llegar a imaginar que cuando hay un cambio de presidente y los poderes ejecutivos pasen de un partido a otro, puede que la CIA o su patrón, el Secretario de Estado vayan a cambiar de planes. Pues NO, tanto la Secretaria de Estado y su brazo la CIA, siguen con los mismos planes.

NO hay cambio alguno, el objetivo es implantar la democracia en todo el mundo y defender los intereses de los Estados Unidos.

En definitiva, comprobamos la expresión española, los mismos perros con distintos collares.

En apariencia cambia el presidente, solo la foto cambia, la CIA sigue con los mismos planes con independencia de que el Gobierno sea republicano o demócrata.

Y comprobarán que siguen todos y cada uno los dictados de la masonería y sus amos ya que todos los presidentes son masones de alto grado.

La democracia es una ilusión para consumo de ingenuos y para hacer creer que el elector decide con sus votos un cambio o una orientación en la planificación de un Gobierno. Nada más lejos de la realidad.

Demócratas y republicanos, partido popular o partido socialista, nada cambia y usted lector sigue pensando que si el voto por correo está trucado o si se amañan elecciones, sus encuestas previas o cualquier otro suceso.

Si los inventores del concepto, la democracia a la americana, son corruptos y corruptores, imagínense que el sucedáneo que nos han regalado tiene que ser a la fuerza, peor, mucho peor.

Tampoco piensen que la Unión Europea es una institución sana, democrática y que busca el bien común de los europeos… no seamos ingenuos – y perdonen por las repeticiones de ingenuos -, la UE es un organismo dependiente al cien por cien de los EE. UU.

Desde sus inicios en 1950 y como queda escrito en estas páginas el acta fundacional de la UE– en esa fecha el nombre era otro – o Plan Schuman fue redactada por Jean Monnet, asesor principal del presidente americano Roosevelt y fabricado en su totalidad en ese país y para mayor inri y para que ningún detalle fuera modificado, el famoso Plan Schuman fue firmado en la Embajada de EE. UU. en Paris.

Y tampoco se escapa a la influencia democrática americana ni uno solo de los países de Europa sean de la UE o fuera de ella. TODOS son vasallos del amigo americano.

Ni Alemania, ni Francia, ni Italia, ninguno es independiente, todos sin excepción subordinados a los intereses de los americanos.

Por supuesto que los americanos nos defienden con su invento OTAN de las agresiones de países terceros como la Rusia de Putin o de cualquier otro perturbado al que se le pueden cruzar los cables.

Y a la vez que llevan la democracia a todo país del orbe terráqueo, inician decenas y decenas de guerras con la excusa de falsos atentados, armas de destrucción masiva o malísimos dictadores que oprimen a sus pueblos y aplastan la libertad.

Se trata de preservar nuestra seguridad y de defendernos de agresiones de dictadores enemigos malvados.

Guerras en Vietnam, Corea, Afganistán, Libia, Irak, Siria, Serbia y otras menores que emprenden para defender los intereses de nuestros amigos americanos.

 Cambios de gobiernos

La CIA siguiendo instrucciones de su Gobierno quita y pone dictadores con cruentos golpes de Estado o, incluso gobiernos democráticos – mucho suponer – como el golpe del Maidán en Ucrania en 2014.

Y la alargada mano de Vernon Walters quitando gobiernos en Chile y Brasil.

El que no obedece o sigue las instrucciones tiene los días contados.

Seguiremos, DM, con la CIA, sus desmanes democráticos merecen ser relatados.

Sagrado Corazón de Jesús en Vos confío

DIOS, PATRIA y REY LEGITIMO

 

Iñigo Caballero

I. Caballero