A la economía de los EE. UU le pasa como a la inmensa mayoría de países mal llamados occidentales y las dudas sobrevuelan sobre la veracidad de estadísticas y datos financieros.

Lo que denominamos países occidentales deberíamos escribir con corrección países subordinados a los EE. UU. es decir que siguen sin rechistar las órdenes e instrucciones de nuestros amigos americanos.

La creación de la Unión Europea en un ejercicio honrado de política hubiera podido suponer que la entelequia UE se dedicaría al bien común de los europeos y no a cumplir a rajatabla con los intereses económicos, financieros y en último término, políticos.

Como el invento UE no fue tal sino una concepción americana, ideada en América y firmada en la embajada USA en Paris, lo lógico y normal es que una idea viciada de inicio nunca podía salir bien.

Y el remate de la situación fue otro invento de dudosa eficacia, el euro que, de nuevo, instrumento al servicio americano, no produce a los pueblos europeos que lo han aceptado, beneficio alguno si no es que nos podamos mover sin necesitar cambiar divisas/monedas. A partir de esa única ventaja, me gustaría que alguien me explicara, hasta ahora y desde su creación dos decenios atrás, qué país o grupo social se beneficia del invento a parte de las multinacionales y los EE. UU.

 Hecho el inciso euro y UE volvamos a los EE. UU.

Un detalle central que a los analistas financieros se les pasa es la transformación de ese mundo occidental que en unos cuatro largos decenios ha pasado de disponer de una potente industria y una bancarización no demasiado importante a otra situación de muy débil industrialización y un fuerte peso en el PIB de los servicios financieros que hoy doblan a la industria.

Y cómo los que dirigen y gobiernan ese mundo occidental hacen todo lo posible para seguir destruyendo la industria e incrementando el peso de bancos.

Parece que a nadie se le ocurre reflexionar que es la industria la que crea los productos que consumimos y si no los producimos no hay otro remedio que importarlos.

Es lo que sucede en el mundo occidental que poco a poco va dejando de producir – industria y agricultura – para depender de las importaciones de terceros países que sí se preocupan de mantener y fomentar unas potentes estructuras industriales como la China y la India.

En paralelo esos países occidentales muestran una tendencia a incrementar sus gastos públicos, aumentar las deudas y por supuesto los impuestos que han pasado en poco menos de un decenio a tipos impositivos confiscatorios.

Otra característica importante y mucho más preocupante es el aumento desaforado del empleo público hasta alcanzar unos niveles que solo un loco puede entender.

Como consecuencia de lo anterior el peso real de los salarios – y su capacidad para consumir – en el PIB de cada país desciende de forma vertiginosa.

Este aumento del peso del sector público y de los beneficios empresariales – ahora de las multinacionales – nos encamina sin que nadie lo advierta hacia una dictadura.

El mal llamado liberalismo económico – como Carlista no voy a comentar aquí el liberalismo político, no por falta de ganas – se encamina a su desaparición y en poco tiempo (no más de un decenio, al ritmo actual) dejará de existir y se convertirá en comunismo.

Lo anterior no es una hipótesis o una suposición de un chalado sino una realidad estadística si se toman la molestia de verificar los datos publicados por cada país y la – o las – tendencias son escalofriantes.

Quizás la explicación más sencilla nos la da el Foro de Davos y su Agenda 2030 en la que nos cuentan que no poseeremos nada y seremos felices

Resumiendo

Naciones que no producen y dedicadas a servicios financieros, que necesitan importar casi todos los productos que consumen, una situación de las finanzas publicas de bancarrota total con gasto/consumo desaforado con el consiguiente aumento de la deuda pública, impuestos confiscatorios y un incremento loco del peso del sector público en la economía.

Lo que es peor

En el contexto actual de intereses elevados tanto en la zona euro que en EE. UU. – del orden del 4,5% – la situación de las cuentas de los estados los lleva a una situación de quiebra real.

No hay que pensar que nuestros gobernantes son idiotas, ignorantes e incompetentes y si gastan cada vez más y si contratan empleados sin límite y sin necesidad, es porque siguen las instrucciones para llevar al caos que es el objetivo final de la Agenda 2030 y su dictadura.

Mientras tanto no deja de sorprendernos que las bolsas mundiales registren casi todas las sesiones récords de máximos históricos.

Si pensábamos con cierta – escribo bien, cierta – lógica que desde el prisma bursátil iba a haber un antes y un después de la crisis covid- 19, nos equivocábamos con rotundidad.

La crisis covidiana no marcó nada significativo, sino que solo fue un alto en el camino hacia cotizaciones infinitas.

Si todas las bolsas asustan por sus cotas estratosféricas, la de Alemania, el DAX, el índice de Frankfort, sorprende más todavía ya que la economía alemana se mueve en recesión con una industria que afronta precios de la energía desaforados y unos tipos de interés elevadísimos.

Fíjense que el DAX se aproxima a cotas cercanas a los 18.000 puntos cuando las cotizaciones pre-covid eran del orden de 14.000 puntos.

La comparativa es a efectos que antes del evento covid la economía se mantenía en buen estado y los tipos de interés eran próximos al cero por ciento.

Pues, sorpréndanse la bolsa germana con muchas de sus empresas en pérdidas y despidiendo su personal, según algunos expertos… se encuentra barata. No nos encontramos entre ellos y, al contrario, pensamos que una debacle es un escenario más plausible.

Los gráficos del DAX los encuentran en el enlace:

https://es.investing.com/indices/germany-30

Aprovecho que el Pisuerga pasa por Valladolid para volver sobre el oro, el metal rey, que sigue su marcha hacia las nubes sin prisa y poco a poco.

Su cotización instantánea la tienen en:

https://es.investing.com/commodities/gold

Y ya que estamos junto al metal dorado, les vuelvo a recomendar que para evitar la Agenda 2030 solo los metales preciosos pueden servirnos de refugio… ustedes deciden.

La bolsa de Nueva York y su Dow Jones

Resulta que el Pisuerga no pasa por Nueva York pero en su bolsa cotizan casi todas las grandes empresas del mundo y de la Agenda 2030 y todas las cotizantes, redundancia al canto, cotizan y suscriben esa famosa Agenda.

Ni que decir tiene que sus precios exorbitados y en muchos, muchísimos casos falseados por la recompra de acciones por las mismas sociedades, NO se corresponden ni con su producción ni con sus beneficios en el contexto de tipos de interés al 4,5%. Y les pido otra reflexión, fíjense como la inflación casi casi se normaliza y vuelve a niveles compatibles con el supuesto crecimiento económico. Pues el BCE y su jefa, la – o él – Lagarde NO bajó los tipos el pasado jueves. ¿Por qué?

Suelo pensar en forma Agenda 2030 e induzco que el caos que pretenden se encuentra próximo y quieren que coincidan las crisis de las bolsas con un entorno de intereses muy altos, de manera que la bajada de tipos que se pudiera considerar NO procede.

La bolsa neoyorquina se mueve en una valoración total de alrededor 33 billones de dólares y, ¿saben ustedes qué dinero circula en los EE. UU.?

Solo 2,3 millones es el efectivo total en circulación.

Luego hay un enorme desfase entre las dos cifras sobre todo suponiendo que ese efectivo no solo se relaciona con la bolsa de valores sino con todas las necesidades de la economía americana.

Moraleja la catástrofe y el caos bursátiles no se encuentran lejos.

Acudimos a nuestro dólar

El dólar es la divisa de referencia y refugio de valor del sistema económico-financiero mundial.

Si exceptuamos la zona euro, el resto del mundo utiliza la divisa USA como moneda de transacciones, reserva de divisas de su banco central y como inversión mejor que otras monedas.

Partimos de la base que desde que Nixon no tuvo más remedio que desligarse del patrón oro que relacionaba al dólar con el metal dorado y desde ese instante preciso el dólar y todas las demás divisas han pasado de un muy escaso valor hacia valer cero.

Que nadie piense que una divisa, la que se le ocurra, tiene un cierto valor, pues NO, todas y cada una de las monedas valen cero, nada.

Sin embargo, siempre el dólar americano ha ejercido una singular atracción y los pobladores de ciertos países, sobre todo de América del Sur, Asia y África en menor medida tienen una querencia hacia el US §.

Y como todo en esta vida es función de la oferta y la demanda, tenemos que advertir que hoy, todavía, el US § tiene una considerable demanda. Lo que durante bastante tiempo le dará al dólar un valor.

Siempre que hablamos de valor nos referimos a una comparativa con otra divisa/moneda, reiteramos que las monedas carecen de valor, excepto en su comparación.

Así contra el euro, el dólar a medio plazo tenderá a revalorizarse.

Dejamos que el dólar descanse y DM seguiremos con el rollo.

Gracias por la lectura

Sagrado Corazón de Jesús en Vos confío

DIOS, PATRIA y REY LEGITIMO

 

Iñigo Caballero

I. Caballero