El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Mateo 24:35).

 

Mateo, capítulo 24:

32, Aprendan esta comparación, tomada de la higuera: cuando sus ramas se hacen flexibles y brotan las hojas, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano.

33, …cuando vean todas estas cosas, sepan que el fin está cerca…

34, Les aseguro que no pasará esta generación, sin que suceda todo esto.

36, En cuanto a ese día y esa hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre

 

El sacerdote de Cristo, Leonardo Castellani publicó en 1952 su Apokalypsis, explicando el texto original de San Juan.

Si traemos a cuento el Evangelio de Mateo y el Apocalipsis es por los tiempos que preludian la segunda venida de Cristo con la previa del anticristo.

El Apocalipsis se centra en la persecución de los católicos – no emplea el término – que lo comprobamos en todas partes del orbe y con gran sigilo, la destrucción poco a poco de la Iglesia sin que lo percibamos y la segunda idea que nos transmite el libro de San Juan es la venida y triunfo de Cristo Nuestro Señor frente al anticristo y/o la Bestia – 666 -.

Introducimos al Apocalipsis no para justificar lo que sigue sino porque la consecuencia de las guerras actuales preludia la segunda venida de Cristo y debemos prepararnos para lo que viene.

La JabadLubavitch

Mencionamos en varias ocasiones al movimiento judío religioso la Chabad – o Jabad – Lubavitch, mayoritario de manera abrumadora entre los judíos de Israel, Estados Unidos y Rusia con más de 3.500 sinagogas y escuelas y cuya central se encuentra en el barrio de Brooklyn en Nueva York junto al campus principal de la universidad de Columbia reducto del movimiento masónico y de la Trilateral, Tecnocracy, Inc. del que, también nos ocupamos en numerosas ocasiones y que da origen al curioso término de tecnócrata, bien conocido en nuestros lares por su plural, tecnócratas que ya aparecieron en tiempos del anciano y enfermo dictador Francisco Franco hacia mediados de los sesentas del pasado siglo XX.

La guerra de Ucrania muestra un paralelismo idéntico con la otra guerra actual, la del estado de Israel enfrentado a los palestinos. Dos guerras y una sola finalidad, la despoblación de dos territorios, Ucrania e Israel para sustituir sus habitantes por judíos y ocupar sus tierras para establecer el Gran Israel.

Ambas guerras tienen en común un genocidio varias veces mayor al del Holocausto judío de 1940 – 1945 con la diferencia sustancial que se desarrolla ante nuestras ingenuas miradas sin que ningún – ninguno – gobernante de los que dirigen los países democráticos – una enorme estafa – mueva ni siquiera sus dedos meñiques para detener estas atroces guerras y el genocidio.

Solo el Papa Francisco repite una y otra vez sus palabras para detener el drama de la muerte de millones de personas.

Y asistimos estupefactos cómo periodistas, políticos e incluso ciudadanos normales y corrientes toman posturas a favor de uno u otro bando con un fervor que limita con el odio hacia alguno de los contendientes.

Algún que otro sedicente diario y católico toma la más vil posición de defensa del genocidio.

Este genocidio por partida doble se desarrolla ante nuestros ojos y mientras una de las partes, la, en teoría, más próxima a nuestros valores democráticos y occidentales – qué vergüenza calificarlos así – jalea la guerra apoyando con armas y dinero con cifras alucinantes en vez de acudir a una mesa de negociaciones por la paz, sin que un solo partido político u organización emprenda acciones en el sentido de detener estas guerras, se puede comprobar que ambas confrontaciones NO son casuales, sino que se prepararon con intenciones genocidarias desde hace, por lo menos tres decenios.

La principal estrategia del Nuevo Orden Mundial es la despoblación que se realiza por la falsa vacunación, por movimientos de reemplazo poblacional y sobre todo, por las guerras.

Detrás de las guerras genocidas se encuentran las sectas de la masonería tanto de oriente como de occidente y por encima, sus amos del judaísmo internacional.

Vaya por delante que la perversidad de la JabadLubavitch – 90% del total – que se identifica mayormente con los judíos askenazis o procedentes de los territorios de Rusia y Ucrania es menor que la otra secta – alrededor del 5% – de los sabateos satanistas o también llamados, frankistas – por su fundador – cuyas intenciones y credo superan a los Kabbalistas.

Entre ambas corrientes nos queda la religión de los rabinos ortodoxos, muy minoritaria – ni el uno por ciento – que poco más o menos siguen la religión del Antiguo Testamento, diríamos que la religión de Jesús, José y María y, por supuesto, sin que exista entre nuestra religión católica y las dos sectas descritas de la Jabady los sabateos, ninguna coincidencia.

Estos ortodoxos siguen el Antiguo Testamento sin que cesen en su tremendo ODIO a Cristo Nuestro Señor, negando su divinidad, que sea al auténtico Mesías y sin arrepentirse de su crucifixión.

Y repetimos que el reciente exponente de la Jabad fue el rabino ucraniano Menachem Mendel Schneerson cuya sombra se proyectó desde 1950 hasta su fallecimiento en 1994 y que siguen sus enseñanzas luciferinas muy presentes al día de hoy.

El nuevo presidente de Argentina, Javier Milei se convirtió a la Kabbalah a pocas fechas de su elección y uno de sus primeros actos fue visitar la tumba del Rebbe, como también se le llama al rabino Schneerson. Durante su vida en esta tierra de lágrimas, sus seguidores le calificaron como el Mesías.

Sobre el Mesías, HOY, ambas sectas Jabad y Frankistas, suponen que su venida tendrá que ser después de una gran catástrofe o gran caos que podrá ser un tremendo genocidio.

A este falso Mesías, los católicos lo llamamos Anticristo.

Ucrania e Israel las tierras prometidas

Si el genocidio en ambas tierras es común, la protohistoria de Ucrania es muy diferente a la de Israel.

No es secreto que entre los mismos judíos se distinguen dos facciones, por un lado, los judíos askenazis procedentes de Rusia y Ucrania siendo llamados por los historiadores más avezados como procedentes de un antiguo reino, Khazaria y por otro, los judíos del linaje de Seth, es decir los tradicionales y viejos judíos del Antiguo Testamento y que ocupaban la Palestina de la época de Cristo Nuestro Señor.

Los judíos tradicionales en los tiempos posteriores a la crucifixión de Cristo se dispersaron por el norte de África y Europa, muchos llegaron a España, para a posteriori, en 1492 sus descendientes fueran expulsados por Isabel y Fernando, calificados como sefardíes que se distinguen por su tremendo ODIO hacia nosotros.

Abro un leve paréntesis para explicar que entre esos sefardíes destacaban dos familias de rabinos; uno de sus descendientes, el rabino Pinto ciudadano de Israel, dueño de una colosal fortuna y bautizador del presidente argentino Javier Milei el de, ¡Viva la libertad, carajo! Javierito es un judío converso de Jabad.

Los judíos askenazis son el 93 % del total mientras que los descendientes de Seth, o judíos tradicionales como Jesús, representan la diferencia, un 7 %. Racialmente ambos grupos tienen escaso parecido y se pueden considerar como dos razas distintas.

Continuará

 

Íñigo Caballero

I. Caballero