Nos cuenta el Libro del Génesis cómo, pasado el diluvio universal, y no habiendo aprendido la lección, los hombres, unidos por una misma lengua, tuvieron la soberbia de intentar crear una torre que alcanzase el mismísimo cielo. El Señor, molesto con tanta pretenciosidad, optó por diversificar sus idiomas para que no se entendiesen entre sí y dejasen de colaborar en tal obra. En sentido contrario, el libro de los Hechos de los Apóstoles nos muestra que éstos, tras recibir el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego, comenzaron a hablar de forma que todos los presentes les entendían, a pesar de tener diferentes lenguas, causando con ello sorpresa y admiración en el público del lugar.

Así, podemos ver cómo la unión entre los hombres resulta fructífera cuando tiene un fondo espiritual y estéril, o incluso contraproducente, cuando está inspirada por la soberbia y el materialismo.

La historia hizo a España protagonista de una globalización en forma de ampliación de nuestra corona con posesiones a lo largo de todos los continentes, que no constituyeron un imperio colonial, sino parte integrante de nuestro territorio nacional. De esa forma se creó una gran nación extensa, con diversos territorios que hablaban la misma lengua y profesaban la misma fe. Esta unidad fue destruida por los siervos del maligno que odió especialmente a las Españas por una obra tan grande al servicio de la cristiandad.

Actualmente una gran parte del mundo está inmersa en un proceso de unión carente de ética y de moralidad. Se habla de caminar hacia gobiernos mundiales, de dar más poder a los grandes organismos supranacionales como la ONU o la Organización Mundial de la Salud, de ceder más soberanía a instituciones europeas, americanas o de otros continentes y de grandes “reseteos” que han de conducir hacia un “nuevo orden mundial”.

También se ha planteado un proceso para llegar a ese “nuevo orden mundial” que lleva avanzando muchos años y que ahora va a dar un paso muy importante: la agenda 2030. Tal agenda es una hoja de ruta con 17 objetivos y que fue firmada por los países de la ONU en el año 2015. Estos objetivos pretenden, supuestamente, erradicar la pobreza de una forma respetuosa con el medio ambiente. Pero tras esa apariencia loable engañosa, se encuentra la dura realidad de un control vergonzoso de la población, de los medios de producción, de los recursos naturales, de las actuaciones de las personas (a través de medios técnicos) y de su pensamiento (mediante el adoctrinamiento), todo lo cual, unido a una fuerte represión policial, producirá una humanidad carente de libertades y sometida a un gobierno mundial que, no obstante, permitirá la existencia de gobiernos nacionales, siempre y cuando estos se mantengan dentro de las líneas marcadas por la autoridad mundial. Todo este proceso ya está en marcha, por eso se promueve el aborto y la eutanasia, se destruyen embalses mientras se afirma carecer de agua, se hunde al sector primario, se incremente la presencia de ciertas tecnologías con la excusa de la comodidad o de la seguridad o se obliga al adoctrinamiento escolar desde edades tempranas, entre otras muchas cosas.

Mucha gente se preguntará quien está detrás de todo esto, quién es realmente ese gobierno mundial. La respuesta está clara, tal gobierno en la sombra tiene diversos nombres, como “Club Bilderberg” o “Foro de Davos”, detrás de los cuales está la masonería.

Sólo nos queda la esperanza de que la gente se dé cuenta, espabile, se informe de todo ello y reaccione o, si no, que El Señor vuelva a actuar contra esta nueva torre de Babel creada por el ser humano dando la espalda a Dios.

 

C.R. Gómez

C. R. Gómez